El gobierno del presidente Joe Biden rechazó la petición de Nicolás Maduro para aliviar las sanciones de Estados Unidos, diciendo que el líder venezolano necesita hacer trabajar más hacia la restauración de la democracia antes de que se levante el bloqueo.
Maduro, un objetivo de sanciones estadounidenses paralizantes bajo el expresidente Donald Trump, se acercó a Biden en una entrevista exclusiva de Bloomberg la semana pasada, pidiéndole que levante las sanciones, normalice las relaciones y termine la ‘demonización de Venezuela’.
En respuesta a los comentarios de Maduro, un portavoz del Departamento de Estado dijo que un cambio de política de Estados Unidos requeriría grandes cambios por parte del presidente venezolano. Tendrían que incluir el compromiso con el líder de la oposición, Juan Guaidó, para resolver la crisis política del país y allanar el camino hacia unas elecciones libres y justas, así como restaurar las libertades económicas y políticas.
Mientras continúen ‘la represión y las prácticas corruptas’ de Maduro y sus partidarios, Estados Unidos trabajará con sus socios y aliados para mantener la presión, incluyendo sanciones contra aquellos que socavan la democracia, dijo el portavoz por correo electrónico.
La administración de Trump reconoció a Guaidó como presidente interino de Venezuela después de que Maduro fuera investido para un segundo mandato en 2019 tras unas elecciones que Estados Unidos y otros dijeron que estaban amañadas. En la entrevista de Bloomberg, Maduro dijo que su gobierno no tiene diálogo con Estados Unidos, un silencio que achacó a la “extorsión permanente” de los votantes venezolanos en Florida.
La postura de Estados Unidos sobre la falta de legitimidad de Maduro no ha cambiado desde que Biden asumió el cargo, dijo el portavoz del Departamento de Estado, que respondió a la pregunta bajo condición de anonimato. Estados Unidos no acepta a Maduro como presidente legítimo de Venezuela y en su lugar reconoce a Guaidó, el líder de la Asamblea Nacional, como presidente interino, según el portavoz.
El gobierno de Trump prohibió a Venezuela en los mercados financieros de Estados Unidos en 2017 y posteriormente prohibió negociar con la deuda venezolana y hacer negocios con la compañía petrolera estatal, Petróleos de Venezuela, o PDVSA.
Esa política, argumentó Maduro, está impidiendo que Venezuela pague y reestructure su deuda externa. Aseveró que ‘tiene el plan’ para pagar a los tenedores de bonos, una afirmación rechazada por el portavoz del Departamento de Estado, que culpó a la mala gestión económica de Maduro y dijo que su afirmación de tener un plan de pago no es creíble.