El gobernador de California Gavin Newsom sobrevivió a un referendo revocatorio al desviar la atención en su desempeño y enfocarla en el trumpismo y el coronavirus.
Conclusiones que dejó la victoria de Newsom con miras a los comicios de mitad de término del año que viene:
Medidas contra el COVID pueden ayudar a los demócratas
Los republicanos promovieron el referendo hablando de los indigentes, la delincuencia, el alto costo de las viviendas y los problemas energéticos del estado. Pero Newsom, ayudado por el brote de la variante Delta del coronavirus, lo convirtió en un referendo en torno a la oposición de los republicanos a las medidas preventivas contra el COVID-19.
Los republicanos que se ofrecieron como alternativa a Newsom condenaron el uso obligatorio de tapabocas y la vacunación obligatoria. Newsom explotó esas posturas. Lanzó avisos que decían que el referendo era “un asunto de vida o muerte” y acusó al principal candidato republicano, Larry Elder, de “promover teorías conspirativas mortales”.
Irónicamente, la campaña a favor de la destitución de Newsom tomó impulso en noviembre, cuando el gobernador fue pillado en la fiesta de cumpleaños de un cabildero en un exclusivo restaurante del Napa Valley, sin cubrebocas y en una reunión grande, que violaba sus propias órdenes de mantener distancia social. Su gente, no obstante, insistió en que su liderazgo durante la pandemia fue un punto a favor y que los demás demócratas no deberían tener miedo de explotar el tema.
Los republicanos insisten (otra vez) que hubo fraude electoral
Las denuncias republicanas de fraude electoral, sin presentar pruebas, siguen vigentes.
Desde hace tiempo que los republicanos vienen diciendo que la votación estaba “arreglada”. Fue una denuncia sin fundamento y llamativa, ya que a los republicanos les fue relativamente bien en las elecciones generales de noviembre pasado en California, en las que ganaron cuatro bancas en la Cámara de Representantes.
Da la sensación de que el Partido Republicano ha incorporado las denuncias falsas de fraude de Trump a su estrategia política. En un giro extraño, la campaña de Elder hizo circular varios días antes de la votación un enlace pidiendo una investigación de su derrota, lo que podría haber sido una forma de decir a su gente que no valía la pena acudir a las urnas, según temen algunos republicanos.
Se sabía que era poco probable que el referendo sacase de la gubernatura a Newsom en un estado donde los demócratas son gran mayoría. Pero la consulta dejó en claro que los republicanos piensan insistir en teorías conspirativas y en denuncias falsas de fraude, como las que motivaron la toma del Congreso el 6 de enero tras la derrota electoral de Trump.
“Ya van dos elecciones seguidas en las que hay fuertes denuncias de fraude electoral”, se lamentó Mindy Romero, director del Center for Inclusive Democracy (Centro para una Democracia Inclusiva) de la Universidad del Sur de California. “No veo nada positivo en esto”.
No hay luz al final del túnel para los republicanos en California
El referendo daba a los republicanos una oportunidad única de capturar la gubernatura en el estado más demócrata del país, como ocurrió en el 2003, en que Arnold Schwarzenegger se quedó con la gobernación tras la destitución del demócrata Gary Davis en un referendo revocatorio.
Los republicanos tuvieron dos problemas. Para empezar, California es cada vez más liberal y diversa. Desde el 2003 el partido Demócrata sumó otros 3 millones de afiliados, mientras que los republicanos perdieron casi 400 mil afiliados.
Por otro lado, no tomó fuerza la candidatura del moderado Kevin Faulconer y el abanderado republicano fue en cambio Elder, un candidato al estilo Trump. Newsom se dio cuenta de que el contraste entre ambos podría beneficiarlo y comenzó a hostigarlo.
Algunos republicanos pensaron que el hecho de que Elder sea de raza negra podría favorecerlo, pero ello no sucedió.
“Larry Elder fue justo lo que necesitaba Gavin Newsom”, opinó Rob Stutzman, veterano estratega republicano.
Newsom se alejó del precipicio... por ahora
No hay dudas de que Newsom ganó, pero no salió ileso de la contienda.
Tres años después de ser considerado un posible aspirante a la presidencia, Newsom ve su figura golpeada por una feroz sequía, acompañada de incendios forestales; olas de calor y apagones; una gran cantidad de indigentes en las calles de las ciudades y el costo de la vivienda, que sigue siendo altísimo.
Está claro que los republicanos no tienen esperanzas de derrotar a Newsom, pero no se descarta que le surjan rivales de adentro del partido Demócrata.
“Sospecho que hay demócratas con el cuchillo en la boca”, expresó Stutzman.
En esta ocasión Newsom pudo impedir que figuras demócratas de peso se postulasen como posibles sucesores, pero ¿podrá hacer lo mismo cuando busque la reelección en el 2022?
Señales cruzadas con miras a 2022
Los demócratas lograron movilizar su base a pesar de ocupar la Casa Blanca, algo que siempre resulta difícil. El partido en el gobierno generalmente pierde bancas en los comicios de mitad de término, en los que los republicanos tratarán de recuperar el control de las dos cámaras legislativas.
La derrota de Elder indica que los candidatos demasiado cercanos a Trump pueden resultar inaceptables en algunos sectores del país, incluso en condados como Orange, que dominaban los republicanos.
Por último, resta por verse si los demócratas logran defender sus políticas hacia el coronavirus con el mismo éxito con que Newsom justificó las suyas en California.