El gobierno del presidente Nayib Bukele estudia un proyecto de reformas constitucionales que descarta temas polémicos como el aborto, el matrimonio igualitario y la eutanasia, al tiempo en que tampoco incluye la reelección presidencial inmediata.
Un grupo de juristas encabezados por el vicepresidente Félix Ulloa presentó la propuesta de enmiendas a la Carta Fundamental del país centroamericano, aunque Bukele aseguró que decidió dejar a un lado lo del aborto y el matrimonio igualitario. El proyecto debe ser enviado para su discusión en la Asamblea Legislativa, dominada por el oficialismo.
“He decidido, para que no quede NINGUNA DUDA, no proponer ningún tipo de reformas A NINGUN ARTICULO que tenga que ver con el DERECHO A LA VIDA (desde el momento de la concepción), con el matrimonio (manteniendo únicamente el diseño original, UN HOMBRE Y UNA MUJER) o con la eutanasia”, dijo el mandatario en una publicación en su cuenta oficial de Facebook.
Bukele agregó que la oposición “le tiene tanto miedo a una reforma constitucional que desmonte el sistema de privilegios del que siempre han gozado, que se han encargado de esparcir rumores y una campaña sucia que la intención es aprobar el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la eutanasia. Nada más alejado de la realidad”.
El domingo, la Conferencia Episcopal de El Salvador expresó su preocupación al señalar que “se oyen muchas voces que temen un retroceso en cuanto a la defensa de la vida humana”.
Dijo en un comunicado que no se puede aceptar una reforma constitucional que ponga las condiciones para la legalización del aborto o “que con un lenguaje equívoco, llamándole muerte digna, legalice la eutanasia. Nunca será legal el asesinato”.
El Salvador es uno de los cuatro países de América Latina que prohíbe el aborto sin excepciones. Organizaciones defensoras de los derechos humanos han exigido al Estado derogar la ley que prohíbe el aborto, pero no han obtenido resultados. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también ha exhortado a El Salvador a que revise las condenas de las mujeres encarceladas pro haber abortado.
La legislación salvadoreña penaliza toda forma de aborto, incluso, el terapéutico, y castiga tanto a las mujeres como a los médicos. De ser encontradas culpables, las penas varían de los dos a los ocho años. No obstante, en muchos casos el delito se cambia a homicidio agravado por el parentesco de la víctima con el victimario y las mujeres pueden llegar a ser condenadas hasta 40 años de prisión.
Bukele no se refirió al tema de la reelección presidencial, pero el borrador de proyecto de reformas al que tuvo acceso The Associated Press establece que no habrá reelección presidencial inmediata y sugiere que el presidente Bukele no podría postularse en las elecciones generales de 2024.
El artículo 88 del paquete de reformas es idéntico al de la Constitución vigente desde 1983 que señala: “La alternabilidad en el ejercicio de la presidencia de la República es indispensable para el mantenimiento de la forma de gobierno y sistema político establecido. La violación de esta norma obliga a la insurrección”.
En las enmiendas se agrega que “para poder ser candidato a la reelección, quien ejerza la presidencia deberá dejar transcurrir por lo menos un periodo de tiempo equivalente a su mandato presidencial”.
En el documento de reformas se afirma que con este agregado se busca evitar que sean magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia quienes estén definiendo vía interpretación si hay o no reelección continúa o si hay que esperar dos periodos.
El 3 de septiembre, la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia emitió una resolución que abrió las puertas para que Bukele busque la reelección en las elecciones generales de 2024. En su fallo, la Sala de lo Constitucional ordenó al Tribunal Supremo Electoral que permita que una persona que ejerza la presidencia de la República y no haya sido el jefe de Estado en el período inmediato anterior participe en la contienda electoral por una segunda ocasión.
El quinquenio de Bukele culmina el 30 de mayo de 2024.