La Fiscalía General de Ecuador elevó este sábado a 68 la cifra de presos muertos en un nuevo motín dentro del principal penal de la ciudad de Guayaquil (suroeste), donde en septiembre pasado se registró la peor masacre carcelaria del país.
“Según información preliminar, alrededor de 68 privados de libertad fueron asesinados y otros 25, heridos”, escribió la Fiscalía en su cuenta de Twitter.
La Fiscalía añadió que “activó personal misional de la Unidad de Flagrancia, que al momento levanta indicios y evidencias al interior del centro carcelario”.
El organismo indicó que abrió una investigación por “los hechos violentos y asesinatos registrados la noche de ayer y madrugada de hoy al interior de la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil”.
Pablo Arosemena, gobernador de la provincia de Guayas, cuya capital es Guayaquil, explicó que los enfrentamientos comenzaron cuando un grupo de reos buscó acorralar a los recluidos en el pabellón 2.
Ese pabellón se quedó sin su cabecilla luego de que la Justicia lo dejara en libertad al haber cumplido el 60 por ciento de su condena.
“Al estar ese pabellón sin cabecilla, otros pabellones, con otras bandas, pretendían doblegarlos, entrar a hacer una masacre total”, señaló Arosemena en una rueda de prensa al detallar que en el pabellón 2 están recluidas aproximadamente 700 personas.
El gobernador provincial aseguró que anoche se desplazó con otros funcionarios hasta la penitenciaría y constataron “cruce de balas muy intensos, y muy cercanos a la puerta de ingreso a la penitenciaría, detonaciones, una situación de salvajismo”.
La Policía usó gases lacrimógenos para disuadir la situación, sostuvo Arosemena al hacer énfasis en que los reos que intentaban entrar al pabellón 2 no solo disparaban “y hacían detonaciones, sino que estaban tratando de hacer un hueco en la pared” para ingresar.
“Al mismo tiempo quemaban colchones, generando humo tóxico”, afirmó el gobernador de Guayas.
De acuerdo con Arosemena, el ingreso de la Policía Nacional al pabellón en la madrugada “permitió salvar vidas”.
El sistema penitenciario del país se encuentra bajo estado de excepción desde el 29 de septiembre tras la peor masacre carcelaria en el país, ocurrida precisamente en este penal de Guayaquil, donde 118 presos fueron asesinados, varios de ellos desmembrados, en medio de una reyerta entre bandas relacionadas con el narcotráfico, según presumen las autoridades.