LEÓPOLIS.— Los negociadores rusos y ucranianos concluyeron su cuarta ronda de conversaciones el lunes mientras Rusia mantiene su dura campaña para capturar la capital y otras ciudades de Ucrania.
Luego de que un ataque aéreo en una base militar cerca de la frontera polaca acercara peligrosamente a la guerra al umbral de la OTAN, las conversaciones avivaron la esperanza de un avance en el desalojo de civiles de las ciudades ucranianas sitiadas y de la entrega de suministros de emergencia a zonas sin suficiente comida, agua y medicamentos.
El lunes se realizó la cuarta ronda de negociaciones por videoconferencia y participaron altos funcionarios de ambos países; fueron las primeras conversaciones en una semana. Las discusiones previas se llevaron a cabo en persona en Bielorrusia, pero no se lograron avances para poner fin al combate en Ucrania ni acuerdos duraderos para abrir corredores humanitarios.
“La comunicación se lleva a cabo, pero es dura”, tuiteó el asesor presidencial ucraniano Mykhailo Podolyak junto con una foto de ambas partes reuniéndose por video. Horas antes, Podolyak había dicho que los negociadores conversarían sobre la “paz, cese al fuego, retiro inmediato de tropas y garantías de seguridad”.
Posteriormente, el funcionario indicó que las conversaciones con Moscú se reanudarían el martes.
Las alarmas antiaéreas sonaron en ciudades y pueblos de todo el país durante la noche, desde la frontera con Rusia al este hasta los Cárpatos en el oeste, mientras continuaba el combate en las afueras de Kiev. Autoridades ucranianas informaron de ataques de artillería rusa contra suburbios de la capital, un importante objetivo político y estratégico para la invasión.
Dos personas murieron y siete resultaron heridas después de que las fuerzas rusas golpearan una fábrica de aviones, según las autoridades ucranianas. La fábrica de aviones Antonov es la más grande de Ucrania, conocida principalmente por producir muchos de los aviones de mercancías más grandes del mundo.
Artillería rusa también impactó un edificio de apartamentos de nueve plantas en el distrito norte de la ciudad de Obolonskyi, matando a dos personas más, según las autoridades. Los bomberos trabajaban para rescatar a sobrevivientes y retiraron de los escombros humeantes a una mujer herida en camilla.
Un concejal de Brovary, al este de Kiev, murió en los combates en la zona, según las autoridades. También cayeron proyectiles en las localidades de Irpín, Bucha y Hostomel, que han visto algunos de los peores combates dentro de los infructuosos esfuerzos de Rusia por tomar Kiev, según las autoridades locales.
Se reportaron ataques aéreos a lo largo del país, incluso en la ciudad sureña Mykolaiv y en la ciudad norteña Chernígov, en donde gran parte de la ciudad estaba sin calefacción. Durante la noche también se oyeron explosiones en torno al puerto de Jersón, junto al Mar Negro y ocupado por Rusia.
En la ciudad oriental de Járkiv los bomberos extinguieron los restos en llamas de un edificio residencial de cuatro plantas en una calle de apartamentos y tiendas. Los servicios de emergencia ucranianos indicaron que un ataque impactó el edificio, dejando pilas de madera y metal en llamas. No estaba claro si había muertes.
La ciudad de Mariúpol, un puerto estratégico en el sur, y dónde la guerra ha provocado algunos de los peores episodios de sufrimiento, sigue aislada pese a las conversaciones anteriores sobre caravanas de ayuda o de evacuación.
“La ciudad está rodeada y, al día de hoy, los civiles no pueden salir”, dijo Robert Mardini, director general del Comité Internacional de la Cruz Roja. La situación para los civiles asediados se ha convertido en “nada menos que una pesadilla”, agregó
Una mujer embarazada que se convirtió en un símbolo del sufrimiento de Ucrania cuando fue fotografiada tras el ataque a un hospital de maternidad en Mariúpol ha muerto junto con su bebé. Las imágenes de la mujer trasladada en camilla a una ambulancia habían dado la vuelta al mundo y concretado el horror de un ataque a los más inocentes.
Ucrania anunció planes de nuevos corredores humanitarios y de desalojo, aunque los ataques continuados han desbaratado esfuerzos similares en la última semana, incluso uno del domingo.
En tanto, Rusia informó que 20 civiles murieron tras el lanzamiento de un misil balístico por parte de las fuerzas ucranianas. El ministro de Defensa, el teniente general Igor Konashenkov, dijo que el misil soviético Tochka-U impactó el lunes la parte central de la ciudad oriental de Donetsk, el centro de la región separatista de Donetsk.
Konashenkov dijo que el misil fue lanzado de un área en el noroeste controlada por las fuerzas ucranianas y denunció que el bombardeo del área de Donetsk, que no tiene instalaciones militares, representa un crimen de guerra.
Las Naciones Unidas han registrado al menos 596 decesos de civiles, pero se cree que la cifra real es mucho mayor. El gobierno de Ucrania indicó que el número incluye a por lo menos 85 niños. Más de 2.7 millones de personas han escapado del país en medio de la mayor guerra terrestre en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.