Conforme se retiran de los alrededores de la capital ucraniana, las tropas rusas están creando una situación “catastrófica” para los civiles al dejar minas alrededor de casas, equipo abandonado e “incluso los cuerpos de quienes han muerto”, alertó el sábado el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
Ucrania y sus aliados de Occidente reportan cada vez más pruebas de que Rusia está retirando sus soldados de los alrededores de Kiev y de que los está fortaleciendo en el este de Ucrania.
Los combatientes ucranianos recuperaron varias zonas cerca de la capital después de obligar a los rusos a salir o entrando después de su retirada, informaron las autoridades.
El cambio patente no significa necesariamente que el país recibirá un alivio temporal luego de más de cinco semanas de guerra ni que los más de 4 millones de refugiados que han huido de Ucrania regresarán pronto.
Zelenski dijo anticipar que las poblaciones desalojadas sean atacadas desde el aire y por cañoneos a larga distancia y que la batalla en el este del país sea intensa.
“Todavía no es posible regresar a la vida normal, como era antes, incluso en los territorios que recuperamos después de luchar”, afirmó el presidente a la nación en un video. “Debemos esperar hasta que nuestro territorio sea desminado, esperar hasta que podamos asegurar que no habrá nuevos ataques”.
El enfoque de Moscú en el este de Ucrania también mantiene a la sitiada ciudad sureña de Mariúpol en la mira. La ciudad portuaria en el mar de Azov está en la región de Donbás, donde la mayoría habla ruso y donde separatistas respaldados por Rusia llevan ocho años luchando con las tropas ucranianas. Los analistas militares creen que el presidente ruso, Vladimir Putin, intenta expandir su control allí luego de que sus tropas no lograron tomar Kiev y otras ciudades importantes.
El Comité Internacional de la Cruz Roja planeaba el sábado entregar suministros de emergencia a Mariúpol y desalojar a algunos de sus residentes. Dijo que fue incapaz de realizar la operación porque no obtuvo garantías de que la ruta fuera segura. Las autoridades municipales dijeron que los rusos bloquearon los accesos a la ciudad.
Mariúpol, que fue rodeada por las fuerzas rusas hace un mes, ha sufrido algunos de los peores ataques de la guerra, incluso en un hospital de maternidad y un teatro que albergaba a civiles. Se cree que aproximadamente 100 mil personas siguen en la ciudad de 430 mil habitantes antes de la guerra y que enfrentan una escasez grave de agua, alimentos, combustible y medicamentos.
La captura de la ciudad le daría a Moscú un puente terrestre continuo desde Rusia a Crimea, la península ucraniana que tomó en 2014, pero también ha adquirido un significado simbólico durante la invasión rusa, opinó Volodymyr Fesenko, director del centro Penta, que investiga sobre Ucrania.
“Mariúpol se ha vuelto un símbolo de la resistencia ucraniana y sin su conquista, Putin todavía no puede sentarse en la mesa de negociación”, agregó Fesenko.
El consejo municipal de Mariúpol dijo el sábado que 10 autobuses vacíos se dirigían a Berdiansk, una ciudad 84 kilómetros al oeste de Mariúpol, para recoger a personas. Unas 2 mil personas lograron salir el viernes de Mariúpol, algunos en autobuses y otros en sus propios vehículos, informaron funcionarios municipales.
Un asesor de Zelenski, Oleksiy Arestovych, dijo en una entrevista con un abogado y activista ruso, Mark Feygin, que Rusia y Ucrania habían llegado a un acuerdo para permitir que 45 autobuses llegaran a Mariúpol y desalojaran a residentes “en los próximos días”.