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Shanghái cesa a tres funcionarios por respuesta ineficiente al brote de COVID-19

Los funcionarios fueron acusados por provocar un grave impacto en los esfuerzos por controlar el brote.

Desde el inicio del brote el mes pasado, Shangái ha superado las 100 mil infecciones por COVID-19. (AP)

Tres funcionarios locales de Shanghái fueron cesados por la ineficiente respuesta a un brote de COVID-19 en la mayor ciudad de China, donde los residentes se quejan de las duras condiciones del confinamiento que han provocado escasez de alimentos y productos básicos.

El aviso oficial, publicado el viernes, no ofreció más detalles de las acusaciones contra los funcionarios, pero dijo que el incumplimiento de sus obligaciones en materia de prevención y control de epidemias había permitido la propagación del virus, lo que tuvo un “grave impacto” en los esfuerzos para controlar el brote.

Shanghái anunció este viernes más de 21 mil nuevos casos, de los cuales solo 824 presentaban síntomas. El total de infecciones registradas en la ciudad desde el inicio del brote el mes pasado ha superado las 100 mil, convirtiéndolo en uno de los más graves del país desde que se detectó el virus por primera vez en la ciudad ed Wuhan, a finales de 2019.

No se han reportado decesos adicionales por el brote, atribuido a la altamente infecciosa, pero relativamente menos letal, subvariante BA.2 de la ómicron. La tasa de vacunación en el país ronda el 90 por ciento, pero es notablemente inferior entre los ancianos.

Shanghái ha confinado a sus 26 millones de residentes y ha realizado pruebas de detección del virus masivas, además de exigir que los casos positivos ingresen en centros de aislamiento, algunos de ellos habilitados temporalmente en gimnasios o centros de exposiciones.

Algunos residentes han recibido paquetes gubernamentales de alimentos con carne y verduras. Muchos, sin embargo, tienen dificultad para conseguir arroz y otros productos básicos ya que en las tiendas online están agotados y los servicios de reparto no pueden hacer frente a la demanda.

Sin noticias sobre cuándo se levantará el confinamiento, la ansiedad va en aumento, además de la frustración por la aparente falta de preparación de la ciudad para un aislamiento prolongado.

Las entrada y salidas de Shanghái están prácticamente paralizadas y sus normalmente bulliciosas calles están desiertas a excepción de la presencia de policías, sanitarios y residentes que se presentan a las pruebas.

China ha recurrido repetidamente a aislamientos masivos en los dos años desde que comenzó la pandemia. Pero Shanghái había esquivado las medidas más estrictas de la política de “tolerancia cero” al COVID-19, que busca aislar a cada persona contagiada.

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