La guerra de Rusia en Ucrania amenaza con devastar las economías de muchos países en desarrollo que ahora enfrentan costos aún más elevados de los alimentos y la energía, y condiciones financieras cada vez más difíciles, advirtió un equipo especial de la ONU el miércoles.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, quien dio a conocer el informe, señaló que la guerra está “sobrealimentando” una crisis de alimentos, energía y finanzas en países más pobres que ya pasaban apuros para hacer frente a la pandemia de COVID-19, al cambio climático y a la falta de acceso al financiamiento adecuado para la recuperación económica.
“Estamos enfrentando ahora una tormenta perfecta que amenaza con devastar las economías de muchos países en desarrollo”, declaró Guterres en una conferencia de prensa. “Hasta mil 700 millones de personas —de las cuales una tercera parte ya viven en la pobreza— están ahora altamente expuestas a interrupciones en sistemas de alimentos, energía y finanzas que están desatando incrementos en la pobreza y el hambre”.
Rebeca Grynspan, secretaria general de la agencia de la ONU que promueve el comercio y el desarrollo y coordinadora del equipo especial, dijo que esas personas viven en 107 países que tienen “una exposición severa” a al menos una dimensión de la crisis: precios de alimentos al alza, incrementos en los precios de la energía y condiciones financieras más difíciles.
En estos países, señala el informe, la gente pasa apuros para poder pagar una dieta saludable, las importaciones son esenciales para cubrir las necesidades de alimentos y energía y “las cargas deudoras y la restricción en los recursos limitan la capacidad del gobierno para hacer frente a los caprichos de las condiciones financieras globales”.
El informe señala que 69 de los países, con una población de mil 200 millones de habitantes, enfrentan una “tormenta perfecta” y están severamente o significativamente expuestos a las tres crisis. Entre las naciones afectadas hay 25 de África, 25 de Asia y el Pacífico, y 19 de Latinoamérica y el Caribe.
Antes de la invasión de Rusia a Ucrania el 24 de febrero, los precios ya estaban subiendo, “pero la guerra ha empeorado una situación que ya era mala”, señaló Guterres.
36 naciones dependen de Rusia y Ucrania para más de la mitad de sus importaciones de trigo, entre ellos algunos de los más pobres del mundo, agregó, y los precios del trigo y el maíz han aumentado un 30 por ciento desde principios de año.
Rusia es además el principal exportador mundial de gas natural y el segundo de petróleo, y, junto a la vecina Bielorrusia, comercializan alrededor del 20% de los fertilizantes. Guterres afirmó que el precio del petróleo se ha incrementado más de un 60% en el último año, el del gas natural un 50% en los últimos meses y los de los fertilizantes se han duplicado.
Según el grupo, el mundo está “al borde de una crisis de deuda global”. Grynspan, que preside la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo, apuntó al impago de deuda en el que incurrió Sri Lanka el martes y señaló que otras naciones están pidiendo ayuda.
El mundo puede actuar para atajar la “crisis tridimensional” y “amortiguar el golpe”, señaló Guterres.
El equipo especial pide a las naciones que garanticen el flujo constante de alimentos y fertilizantes a través de mercados abiertos, que levanten las restricciones a las exportaciones y que destinen los excedentes y las reservas a quienes lo necesitan. Guterres apuntó que esto ayudaría a controlar el alza en el precio de los alimentos y calmaría la volatilidad en los mercados alimentarios.
Sobre la energía, el equipo insta a los gobiernos a no acaparar, a liberar de inmediato las reservas estratégicas y adicionales de petróleo y a reducir el uso de trigo para biocombustibles. Guterres sugirió usar la crisis como una oportunidad para acelerar la transición a las energías renovables.
En el aspecto financiero, el grupo lanzó “un llamado urgente para que la comunidad internacional actúe con prontitud y rapidez” para ayudar a los países en desarrollo a evitar otra década de desarrollo económico perdido, “una crisis de deuda generalizada e inestabilidad social y política”.
Según el grupo de trabajo, las instituciones financieras internacionales deberían proporcionar financiamiento de emergencia en condiciones favorables a los países que experimentan problemas sociales y económicos.
Además, pide al Fondo Monetario Internacional que aumente los límites para la asistencia financiera rápida, suspenda los recargos de las tasas de interés por dos años y explore la posibilidad de proporcionar más liquidez “a través de derechos especiales o medidas especiales destinadas a los países más vulnerables y afectados”.
Guterres señaló que las próximas reuniones de primavera del FMI y del Banco Mundial, que tendrán lugar del 18 al 24 de abril, son “un momento crucial” para la toma de decisiones sobre muchos de estos asuntos. Es importante que sus miembros entiendan la necesidad de emplear el dinero disponible para aliviar el sufrimiento de la población en todo el mundo, agregó.
El jefe de la ONU apuntó además que la voluntad política es fundamental y anunció que pidió a seis mandatarios — los presidentes de Senegal e Indonesia y los primeros ministros de Alemania, Barbados, Dinamarca y Bangladesh — que movilicen a los líderes políticos para segurar que las naciones en desarrollo en crisis reciben la ayuda que necesitan.