Rusia dijo el martes que ha ocupado grandes territorios en el este de Ucrania luego de una campaña implacable de varias semanas y el envío reciente de más tropas.
El ministro de Defensa, Serguei Shoigu, dijo que las fuerzas de Moscú han “liberado” el 97 por ciento de la región de Luhansk.
Rusia parece empeñada en conquistar toda la región de Donbás en el este de Ucrania, constituido por las regiones de Donetsk y Luhansk. Ese objetivo parece ser el más inmediato para Moscú.
Pero si bien las fuerzas del Kremlin los superan en poder de fuego, los defensores ucranianos —que incluyen las fuerzas mejor entrenadas del país— están atrincherados y han demostrado que pueden contraatacar.
Shoigu dijo que las fuerzas rusas tomaron el sector residencial de Sievierodonetsk y luchan por controlar la zona industrial en las afueras y poblaciones cercanas.
Sievierodonetsk, el centro administrativo de la región de Luhansk, ha sido el foco reciente de la ofensiva rusa. Sievierodonetsk y la vecina Lysychansk son las únicas ciudades de Donbás que resisten la invasión, la que cuenta con el respaldo de fuerzas locales prorrusas.
Shoigu añadió que las fuerzas rusas avanzaban sobre la población de Popasna, y observó que han tomado Lyman, Sviatohirsk y otras 15 poblaciones de la región.
Popasna, de 20 mil habitantes antes de la guerra, se encuentra a unos 30 kilómetros al sur de Sievierodonetsk.
Las fuerzas rusas controlaban las zonas industriales a las afueras de Sievierodonetsk dijo a The Associated Press el gobernador de Luhansk, Serhiy Haidai.
“Las batallas callejeras más duras continúan, con distinto grado de éxito, la situación cambia constantemente, pero los ucranianos están repeliendo ataques”, afirmó Haidai.
Desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, la estrategia de Moscú ha sufrido numerosos reveses, como un intento fallido de tomar Kiev, la capital.
Las fuerzas de Moscú también continuaban sus ataques de artillería sobre Lysychansk, una ciudad cercana a Sievierodonetsk y que las tropas rusas controlan casi por completo.
Los proyectiles rusos golpearon un mercado local, una escuela y un edificio universitario, que quedó destruido, según Haidai. Tres heridos fueron enviados a hospitales en otras partes de Ucrania, añadió.
“Hay una destrucción total de la ciudad en marcha, los ataques rusos se han intensificado de forma significativa en las últimas 24 horas. Los rusos utilizan tácticas de tierra quemada”, dijo Haidai.
Ucrania recibe armas y municiones de Occidente para ayudar a frenar los constantes ataques rusos. Esa ayuda se ha convertido en un blanco para la artillería y los aviones de combate rusos.
Rusia afirmó el martes que sus fuerzas habían golpeado dos sistemas de artillería proporcionados por Estados Unidos y un obús enviado por Noruega.
El mayor general Igor Konashenkov añadió que las tropas rusas destruyeron otros equipos ucranianos desplegados en el este del país, mientras que la fuerza aérea alcanzó concentraciones de tropas y equipos y posiciones de artillería.
Las afirmaciones de Konashenkov no pudieron confirmarse de forma independiente.
Mientras tanto, en Kiev estaba previsto realizar autopsias a docenas de combatientes ucranianos caídos en la acería de Azovstal.
Los cuerpos fueron devueltos a Ucrania por los ocupantes rusos de la planta metalúrgica en la destruida ciudad de Mariúpol, donde su acérrima defensa se convirtió en un símbolo de resistencia contra la invasión de Moscú.
El Regimiento Azov estaba entre las unidades ucranianas que defendieron la planta durante casi tres meses, antes de rendirse en mayo ante los constantes ataques rusos por tierra, mar y aire.
No estaba claro cuántos cuerpos quedaban en la planta.