BOGOTÁ.— Las elecciones presidenciales del próximo domingo en Colombia pueden impactar en la economía por las promesas de ambos candidatos de hacer una revolución en el campo al tiempo que hablan de austeridad, de aumento de los subsidios para los más pobres o de frenar la exploración petrolera.
Sin embargo y más allá de la incertidumbre sobre cómo reaccionarán los mercados con la elección de uno u otro, lo cierto es que tanto el izquierdista Gustavo Petro como el populista Rodolfo Hernández, técnicamente empatados en la intención de voto, tendrán que lidiar con varios retos económicos “sin precedentes” en la historia reciente de Colombia.
Así lo asegura Guillermo Sinisterra, profesor del departamento de Ciencias Contables de la Universidad Javeriana, quien manifestó que “confluyen factores internos y externos que vuelven las circunstancias complicadas” en términos económicos.
“Entre los factores internos está la consolidación de la recuperación económica. El próximo Gobierno debe mantener los estímulos al sector privado, la política social y la política arancelaria”, expresó el académico en un video.
También mencionó que hay un rezago de 1.2 millones de puestos de trabajo “que debe ser superado”.
Sinisterra aseguró que para poder cumplir estos objetivos es necesaria “una reforma tributaria”, pues es necesario “incrementar los recaudos permanentes del Gobierno”, y una “reforma laboral y pensional” para que más personas puedan disfrutar de “beneficios como la seguridad social y los aportes a pensiones”.
La propuesta económica de Petro
En el programa de gobierno de Petro, que fue alcalde de Bogotá entre 2012 y 2015, se plantea pasar “de una economía extractivista hacia una economía productiva”.
En esa línea, asegura que Colombia debe hacer una “transformación gradual del aparato económico basado en la depredación del planeta, la improductividad, el desempleo y la profunda desigualdad”.
“En nuestro gobierno se prohibirán la exploración y explotación de yacimientos no convencionales, se detendrán los proyectos piloto de fracking y el desarrollo de yacimientos costa afuera. No se otorgarán nuevas licencias para la exploración de hidrocarburos, ni se permitirá la gran minería a cielo abierto”, señala el documento sobre la polémica propuesta de Petro.
En este punto hay que tener en cuenta que la explotación de hidrocarburos aporta el 3.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y los combustibles y productos de las industrias extractivas representaron el 60.8 por ciento de las exportaciones del país en abril pasado.
“Si dejamos de explorar y producir petróleo, el país perdería ingresos de 38 billones de pesos (unos 9 mil 700 millones de dólares) por regalías en el próximo cuatrienio (2022-2026), y 80 billones de pesos (unos 20 mil 432 millones de dólares) hasta 2032″, aseguró en un foro Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex).
Petro también ha propuesto aumentar salarios y subsidios a los más necesitados, lo que le ha valido críticas por el impacto que esa medida tendría en las cuentas públicas.
Entre esas propuestas aparece un salario mínimo para desempleados, bonos pensionales para personas que nunca cotizaron y un ingreso vital básico para las mujeres madres cabeza de familia, para los cuales no ha dejado claro de dónde saldrán los recursos que financiarían estos programas teniendo en cuenta que ni su ambiciosa reforma tributaria permitiría pagarlos.
El tema de la tierra es otro de los ejes de campaña de Petro, que considera fundamental “dejar atrás el latifundio improductivo a partir de la democratización de las tres condiciones para la generación de trabajo y riqueza, de las que ha sido excluida la mayoría de la población colombiana, en particular las mujeres: el espacio, el crédito y el saber”.
Disminuir el gasto, el reto de Rodolfo Hernández
El programa de Hernández, alcalde de Bucaramanga entre 2016 y 2019, “tiene definidos cinco frentes de acción, 35 ejes temáticos y más de 100 líneas de trabajo, pensadas y formuladas con plena convicción, disposición, entereza y pulcritud para devolverle a Colombia la dignidad que por tanto tiempo le ha sido negada”.
En ese sentido, el candidato propone acabar con “gastos administrativos innecesarios, de burocracia alcahueta, de impuestos ‘mal puestos’, de tanto derroche en lo público”.
Una de las propuestas más polémicas para recortar gastos que ha hecho Hernández es la de eliminar embajadas de Colombia en 19 países como Argelia, Australia, Austria, Bolivia, Dinamarca, Filipinas, Finlandia, Ghana, Hungría, Indonesia, Jamaica, Kenia, Líbano, Malasia, Marruecos, Paraguay, Portugal y Uruguay.
El candidato también ha propuesto bajar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 19 al 10 por ciento y dice que en caso de ganar no hará una reforma tributaria, algo que los expertos ven inviable porque el país necesita aumentar el recaudo.
Sin embargo Jairo Libreros, consultor asociado de Prospectiva Consulting y profesor de la Universidad Externado de Colombia, aseguró en un foro realizado por la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia) que Hernández podría hacer “una reforma tributaria un poco más consensuada, un poco más equilibrada”.
“Él (al igual que Petro) también habla de gravar a las personas que mayores recursos tienen, argumentando un equilibro mayor y que todos debemos tributar de acuerdo con nuestras capacidades”, expresó.
Así pues, los colombianos saldrán el próximo domingo a elegir al sucesor del presidente Iván Duque entre dos candidatos que defienden abiertamente un cambio que, en el campo económico, es todavía una incógnita para el país.