El papa denunció el miércoles la violencia que azota a México y lamentó el asesinato de dos de sus “hermanos” jesuitas que fueron ultimados en una remota iglesia del país supuestamente a manos de miembros de una banda de narcotraficantes.
Francisco, un jesuita argentino, ofreció sus oraciones a la comunidad jesuita al final de su audiencia general semanal y dijo que estaba “triste y consternado” tras enterarse de los asesinatos en el estado mexicano de Chihuahua.
“¡Cuántos asesinatos hay en México!”, afirmó. “Una vez más, repito que la violencia nunca resuelve los problemas, solo aumenta el sufrimiento inútil”.
Javier Campos Morales, de 79 años, y Joaquín César Mora Salazar, de 80, fueron asesinados el lunes en el interior de la iglesia de Cerocahui. Al parecer, un hombre que estaba siendo perseguido por una banda de narcotraficantes se había refugiado en el templo, y los agresores lo abatieron a él y a los sacerdotes cuando lo encontraron, según las autoridades.
Francisco atendió a drogadictos cuando era arzobispo de Buenos Aires y durante años ha condenado a los “traficantes de la muerte” que alimentan el comercio de la droga, que ha achacado al “diablo” y a la sed de dinero. Durante una visita a México en 2016, instó a los mexicanos a evitar el narcotráfico.
Pérdida de miembros de la comunidad jesuita en Chihuahua
La comunidad de Jesuitas de México denunció este martes el asesinato de Javier Campo Morales y Joaquín César Mora Salazar, dos misioneros que hacían labores en el templo de la comunidad de Cerocahui, así como de un civil, en el municipio de Urique, en la sierra de Chihuahua.
Posteriormente, el asesino con la ayuda de otros hombres se llevaron los cadáveres del lugar, aún se desconoce su paradero.
Los jesuitas mencionaron que, en la actualidad, la sierra tarahumara enfrenta condiciones de violencia y olvido, al igual que otras regiones mexicanas, donde todos los días son asesinados hombres y mujeres.
Turistas son secuestrados en Chihuahua
Previo a los homicidios, cuatro turistas que vacacionaban en la región fueron secuestrados por presuntos integrantes del crimen organizado.
La Fiscalía de Chihuahua informó que los hechos ocurrieron la mañana de este lunes. Las víctimas son dos hombres, que fueron identificados como Paul Osvaldo B. y Armando B., además de una mujer y un menor de edad, según la denuncia que ratificaron hoy familiares de los ahora desaparecidos.