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FMI anuncia nuevo ‘tijerazo’ a pronóstico de crecimiento mundial

El FMI ya había reducido su pronóstico de crecimiento global a 3.6 por ciento para 2022 y 2023.

El FMI recortará por segunda vez su perspectiva de crecimiento mundial para el 2022.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) hará una nueva rebaja en sus proyecciones sobre la economía mundial a finales de este mes, una vez que varios de los riesgos advertidos en abril pasado se han materializado y se han intensificado las “múltiples” crisis que enfrenta el mundo, adelantó Kristalina Georgieva, directora gerente del organismo internacional.

“Va a ser un 2022 difícil y posiblemente un 2023 aún más difícil con mayor riesgo de recesión”, al señalar que el panorama persiste incierto, tras indicadores recientes que implican un segundo trimestre débil y la perspectiva económica global que se ha oscurecido significativamente desde abril cuando se reunieron los países del G20 y el FMI acababa de reducir su pronóstico de crecimiento global a 3.6 por ciento para este año y el próximo año.

“Proyectaremos una nueva rebaja del crecimiento global para 2022 y 2023 en nuestra Actualización de Perspectivas de la Economía Mundial a finales de este mes”, escribió en el artículo “Enfrentando un panorama económico que se oscurece: cómo puede responder el G20″, publicado en el blog del FMI a la víspera del arranque de los trabajos del G20 en Bali, Indonesia esta semana.

La guerra en Ucrania con su impacto en la producción agrícola y distribución de alimentos básicos y las interrupciones en las cadenas de proveeduría han provocado una inflación más alta de lo esperado sobre todo en los precios de los alimentos y la energía. Esto ha llevado a los principales bancos centrales a un mayor endurecimiento monetario, “que es necesario pero pesará sobre la recuperación”, reconoció.

En el marco de la reunión del G20, la directora gerente del FMI hizo un llamado a la acción y cooperación internacional liderada por este grupo de países y resaltó tres prioridades: hacer todo lo que esté al alcance para reducir la inflación; la política fiscal debe ayudar y no obstaculizar los esfuerzos del banco central para reducir la inflación y se necesita un nuevo impulso para la cooperación global, liderada por el G20.

Debe continuar endurecimiento de la política monetaria

La inflación persistentemente alta podría hundir la recuperación por lo que la mayoría de los bancos centrales deberán continuar endureciendo la política monetaria de manera decisiva, sobre todo en economías emergentes en donde las expectativas de inflación comienzan a desanclarse, recomendó Georgieva.

“Si no toman medidas, estos países podrían enfrentarse a una espiral destructiva de salarios y precios que requeriría un endurecimiento monetario más contundente, con un daño aún mayor para el crecimiento y el empleo. Actuar ahora dolerá menos que actuar después”, señaló.

Igualmente importante es la comunicación clara de las acciones de política para preservar la credibilidad de ésta, una vez que continuas sorpresas de inflación requerirían un ajuste monetario más fuerte del que el mercado haya descontado, lo que podría causar una mayor volatilidad y liquidaciones en los mercados de activos de riesgo y bonos soberanos.

La apreciación del dólar estadounidense ha coincidido con las salidas de cartera de los mercados emergentes, en junio experimentaron un cuarto mes consecutivo de salidas, la racha más larga en siete años.

“Cuando los choques externos sean tan perjudiciales que no puedan ser absorbidos únicamente por tipos de cambio flexibles, los encargados de formular políticas deberían estar listos para actuar. Por ejemplo: a través de intervenciones cambiarias o medidas de gestión de flujos de capital en un escenario de crisis, para ayudar a anclar las expectativas. Además, deben reducir de manera preventiva la dependencia de préstamos en moneda extranjera cuando los niveles de deuda son altos”, puntualizó.

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