WASHINGTON, DC.- Aunque la estrategia de revivir el espíritu de Hugo Chávez o Fidel Castro ha sido recurrente en las campañas políticas en América Latina, el fantasma del socialismo empezó ahora a recorrer las elecciones intermedias del 8 de noviembre, especialmente en el sur de la Florida, enclave de exiliados cubanos y venezolanos.
La carrera por el crucial Distrito 27 entre la republicana cubana-estadounidense María Elvira Salazar y su rival demócrata, la senadora estatal colombiana-estadounidense Annette Taddeo, se ha vuelto un campo de batalla de acusaciones sobre las credenciales democráticas de ambas.
Salazar, nacida en Miami, hija de exiliados cubanos y excorresponsal de Telemundo, acusó a Taddeo de codearse con miembros de un grupo socialista que supuestamente apoya al régimen comunista de Cuba. “Desafortunadamente el liderazgo del Partido Demócrata ha sido infiltrado y tomado rehén por fuerza radicales que son neomarxistas”, dijo a CNN.
Pero la acusación ha sido etiquetada como fake news por los demócratas, pues aludía en realidad a la participación de Taddeo en un acto del capítulo de Miami de los Demócratas Socialistas de América, dedicado no a la defensa del socialismo, sino a ampliar el acceso de personas de bajos ingresos a servicios médicos federales.
Taddeo, quién llegó a Estados Unidos de Colombia después de que su padre fue secuestrado por la guerrilla colombiana, no sólo ha rechazado las acusaciones sino que ha tildado a Salazar de “mentirosa” e hipócrita, por sus críticas a los gobiernos latinoamericanos, cuando se quedó callada por las acciones antidemocráticas de Donald Trump.
“¿Cómo puedes luchar por la democracia en Cuba, Venezuela y Nicaragua, cuando no puedes luchar por la democracia en Estados Unidos”, reaccionó Taddeo.
El fantasma del socialismo ha sido abanderado por Salazar no solamente en su lucha contra Taddeo. En días pasados, acusó a la economista mexicana Alicia Bárcena de ser una “simpatizante” comunista y le pidió a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, evitar que la actual embajadora de México en Chile ocupe la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En otro reciente acto de campaña se alineó con el sector antiinmigrante del Partido Republicano, a pesar de que sus propios padres son migrantes. “No queremos ilegales, no queremos fentanilo, no queremos traficantes de niños con fines sexuales, no queremos coyotes”, dijo.