Estados Unidos y Rusia instaron a Turquía a evitar una escalada de violencia en el norte de Siria, ya que el líder turco prometió una nueva incursión contra los militantes kurdos que podría amenazar los acuerdos de alto el fuego existentes.
Durante el fin de semana, Turquía inició un ataque aéreo contra la milicia kurda a la que considera responsable de un ataque con bomba mortal en Estambul la semana pasada. El ejército también puede lanzar una ofensiva transfronteriza para sellar la frontera, dijo el presidente Recep Tayyip Erdogan el lunes, acusando a Estados Unidos y Rusia de no cumplir sus promesas de obligar a los militantes a retirarse de la frontera turca según lo dispuesto en los acuerdos alcanzados en 2019.
“Creemos que se debe continuar trabajando con todas las partes interesadas en un esfuerzo por encontrar algún tipo de resolución correcta, incluida la llamada cuestión kurda”, dijo el martes el enviado especial del Kremlin, Alexander Lavrentyev, según la agencia estatal Tass. “Esperamos poder convencer a nuestros socios turcos de que se abstengan del uso excesivo de la fuerza en territorio sirio”.
Aunque Rusia y Estados Unidos respaldan a bandos diferentes en el conflicto sirio, sus comentarios se hicieron eco de los de Washington. “Instamos a la desescalada en Siria para proteger la vida de los civiles y apoyar el objetivo común de derrotar a ISIS”, dijo el lunes el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en un comunicado.
Ataques de Turquía contra el PKK
Durante el fin de semana, Turquía bombardeó bases del grupo ilegal kurdo PKK en el norte de Irak, así como posiciones de las fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos en el norte de Siria. El PKK, reconocido como organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, ha negado su responsabilidad en el ataque terrorista de Estambul.
La amenaza de Erdogan de un nuevo ataque puede ayudarlo a consolidar el apoyo nacionalista antes de las elecciones del próximo año, pero si lo cumple, lo enfrentaría aún más con Washington, que respalda a los kurdos en su lucha contra el Estado Islámico. Mientras tanto, Rusia ha estado tratando durante años de ayudar al presidente Bashar al-Assad a recuperar el control de Siria.