Envalentonados por los resultados de las elecciones de medio mandato de noviembre pasado, los partidarios del derecho al aborto en Estados Unidos afirman que se están preparando para dar aún mayores peleas en las legislaturas estatales y en las próximas e importantes elecciones, incluidas las contiendas para el Congreso y la presidencia en 2024.
Las recientes victorias del voto por el derecho al aborto y de los candidatos que apoyan el aborto les proporcionaron una hoja de ruta sobre cómo ganar futuros combates, dicen los demócratas y los líderes de varias organizaciones.
La decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de eliminar este verano el derecho constitucional al aborto hizo que se movilizaran y reunieran mujeres de diferentes razas, edades e ideologías, formando coaliciones más diversas y grandes.
Las elecciones de noviembre también cambiaron la forma en que la gente habla sobre el aborto, dicen. Visto desde hace mucho tiempo como un tema que polariza, se aconsejó a los demócratas que se alejaran de él, pero ahora no sólo se considera un asunto fundamental que debe ser abordado, sino uno que les ayudará a ganar.
“Creemos, con base en el entusiasmo y lo que vimos en nuestras encuestas de salida y en los resultados electorales, que este es un tema recurrente”, asegura Mini Timmaraju, presidenta de NARAL Pro-Choice America (NARAL Pro-Elección Estados Unidos). El grupo, junto con Planned Parenthood Action Fund (Fondo de Acción de la organización Planned Parenthood), y EMILY’s List (Lista de EMILY), destinó 150 millones de dólares a las elecciones de 2022.
“Llegamos muy, muy lejos, pero podríamos hacer mucho más y tendremos que trabajar hacia eso para 2024″, agregó.
Antes de las elecciones de noviembre, los escépticos —incluidos algunos dentro del Partido Demócrata— creían que el fallo de junio de la Corte Suprema que revocó el fallo Roe vs. Wade se había desvanecido como motivador para los votantes, superado por las preocupaciones sobre la inflación, la delincuencia o la impopularidad del presidente Joe Biden.
Sin embargo, en las primeras elecciones a nivel nacional desde el fallo, los votantes protegieron el derecho al aborto a través de su voto en cinco estados. Los demócratas tuvieron un resultado mejor de lo previsto, mantuvieron el control del Senado y ganaron en las contiendas para gobernador y otros cargos estatales importantes, y entre los mayores ganadores se encontraban los candidatos demócratas que hicieron de la preservación del derecho al aborto una pieza central en sus campañas.
VoteCast, una encuesta amplia del electorado en los comicios, encontró que 7 de cada 10 votantes dijeron que el fallo del Tribunal Superior sobre el derecho al aborto fue un factor importante en sus decisiones para sufragar. VoteCast también mostró que la decisión fue ampliamente impopular. Alrededor de 6 de cada 10 dijeron estar furiosos o insatisfechos por ella, y aproximadamente 6 de cada 10 afirmaron que favorecen una ley que garantice el acceso al aborto legal en todo el país.
“La elección mostró cuán motivador es esto para las personas y no creo que eso vaya a desaparecer pronto”, recalcó Jen Klein, directora del Gender Policy Council (Consejo de Política de Género) del gobierno del presidente Joe Biden, sobre el derecho al aborto.
Una conclusión clave para los partidarios del derecho al aborto fue que a los votantes les preocupa más de un solo asunto y que votan con base en ello. Y para muchas mujeres, los derechos reproductivos son un asunto económico, agregan los activistas.
Los demócratas de la Cámara de Representantes —quienes perdieron la mayoría, pero retuvieron más escaños de los que se esperaban, con lo que le dieron al Partido Republicano una ventaja limitada—, mencionaron el aborto en un 51 por ciento de los anuncios de televisión y radio que emitió el Comité de Campañas Demócratas del Congreso (DCCC, por sus siglas en inglés) en sus distritos más competidos, según un memorando postelectoral del organismo. La economía, el extremismo y el asalto al Capitolio de Estados Unidos del 6 de enero de 2021 también se mencionaron en los anuncios del DCCC, aunque con menos frecuencia.
“Hubo muchos escépticos, muchos expertos diciendo ‘vamos a perder’. Dijeron que ‘el aborto polariza, no hablen de ello, no va a movilizar a las mujeres’”, recordó Amanda Brown Lierman, directora ejecutiva de Supermajority (Supermayoría) una organización progresista y multirracial que se formó después de la elección de Donald Trump en 2016, para organizar a las mujeres y que votaran. “No podrían haber estado más equivocados. Ahora tienes un electorado que se siente poderoso”.
Con prohibiciones al aborto casi totales en más de una decena de estados, los grupos defensores del derecho al aborto esperan que muchos de sus próximos esfuerzos serán en las legislaturas estatales, donde los republicanos continúan presionando a favor de restricciones. También están activos en la segunda vuelta en Georgia para un escaño para el Senado de Estados Unidos, entre Raphael Warnock, el candidato demócrata en funciones, y el republicano Herschel Walker, una leyenda del fútbol americano.
Otras pruebas próximas incluyen una elección en primavera para la Corte Suprema de Wisconsin que podría cambiar el equilibrio del tribunal en un estado donde el aborto está prohibido, y la contienda a la gobernación de Kentucky, en noviembre de 2023.
Varios republicanos compiten para desafiar al gobernador demócrata, Andy Beshear, quien apoya el derecho al aborto, en un estado de tendencia conservadora donde el electorado votó en noviembre contra una medida respaldada por los republicanos destinada a negar cualquier protección constitucional para el aborto.
Luego vendrá 2024, cuando la nación elegirá presidente y cuál partido controla el Congreso.
Mientras tanto, los opositores al aborto también analizan lo que funcionó —y lo que no— en las elecciones intermedias, y debaten su estrategia hacia el futuro.
Marjorie Dannenfelser, presidenta del grupo antiaborto Susan B. Anthony Pro-Life America, argumentó que el grado en que perdieron los opositores del derecho al aborto era más una señal de cómo se gastó el dinero para anuncios de campaña que de la dirección en que el país avanza en el tema en vista de la anulación de Roe vs. Wade.
Los demócratas, en particular los titulares vulnerables en las carreras competitivas para la Cámara de Representantes de Estados Unidos, gastaron cientos de millones de dólares en anuncios que subrayaron la estricta oposición de sus adversarios republicanos al derecho al aborto. Mientras tanto, las campañas republicanas y los grupos relacionados gastaron una fracción en mensajes específicos sobre el aborto, lo que posibilitó que los ataques —a veces distorsiones de las posiciones y el historial del Partido Republicano— recibieran poca o ninguna respuesta.
“La lección que espero que se haya aprendido —algunas lecciones son difíciles— es que eso no vuelva a suceder”, manifestó Dannenfelser. “Nuestra meta es que se produzca un momento de aprendizaje de la lección y que se deje atrás la estrategia de avestruz, de meter la cabeza en la arena”.
Con el dinero se pagó lo que Dannenfelser llamó “mentiras sin respuesta”.
Por ejemplo, un grupo nacional de campaña demócrata para la Cámara de Representantes difundió anuncios para ayudar a la dos veces representante de Minnesota, Angie Craig, una demócrata que apoya el derecho al aborto, en los que afirmaron que su contendiente republicano, Tyler Kistner, apoyó la prohibición del aborto sin excepciones para las mujeres que quedan embarazadas como resultado de violación o incesto. Eso fue a pesar de que Kistner afirmó que él respaldó tales excepciones en junio.
Los asistentes de la campaña de Kistner protestaron en entrevistas de prensa durante la campaña, pero ni Kistner ni los grupos republicanos emitieron anuncios en respuesta. Aun así, Kistner, quien se postuló sin éxito contra Craig en 2020, no mencionó su posición respecto al aborto en el sitio web de su campaña este año, a diferencia de hace dos años.
“Cuando los comités del partido y luego sus líderes dicen: ‘No importa lo que digan, no hablen sobre el aborto’, las mentiras se mantienen”, afirma Dannenfelser.
Con un Congreso dividido, el enfoque para el grupo de Dannenfelser cambia para evaluar de cerca a los candidatos republicanos para presidente, agrega. Eso significa eliminar del campo a los candidatos que no ven ningún papel federal para restringir el aborto, añade.
“Lo único que es inaceptable es la idea de que no tienen trabajo por hacer si son elegidos”, agrega.
Otros republicanos dicen que la lección puede ser que el Partido Republicano debería dejar de apoyar las prohibiciones estrictas. Señalan elecciones como una de este verano en el conservador Kansas, donde los votantes apoyaron abrumadoramente el derecho al aborto.
“Creo que hay conversaciones tranquilas sobre si el partido, a nivel nacional, debería prestar mucha atención sobre lo que sucedió, por ejemplo, en un estado como Kansas”, admite Jennifer Young, cabildera republicana de atención a la salud.