LIMA.- Con piedras, palos y neumáticos en llamas, cientos de manifestantes bloquearon la pista de aterrizaje del aeropuerto de Arequipa, segunda ciudad de Perú, para pedir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, pese a su anuncio de que intentará adelantar elecciones para abril de 2024 y declarar el estado de emergencia .
La Defensoría de los Pueblos informó que otros tres manifestantes fallecieron en medio de la revuelta, elevando a cinco los decesos tras las dos muertes registradas el domingo.
Al menos 25 puntos de la red vial peruana, incluida la carretera Panamericana, fueron cortados ayer, de acuerdo con reportes de la Policía Nacional. Las manifestaciones más masivas se han registrado en Arequipa, donde unas mil 500 personas bloquearon la pista del aeropuerto internacional, aunque pocas horas después fueron desalojadas con bombas lacrimógenas. En Cuzco y Trujillo también ha habido barricadas en las carreteras.
Los manifestantes, algunos vestidos con sombreros y trajes tradicionales, quemaron casetas de seguridad y la iluminación de la pista de aterrizaje fue destruida. El aeropuerto sigue cerrado, con decenas de pasajeros varados. También en Arequipa, la fábrica de lácteos Gloria, una de las más grandes del país, fue ocupada a la fuerza por manifestantes, según imágenes de diversas cadenas de TV.
Mientras tanto, gremios agrarios y organizaciones campesinas e indígenas agitan los tambores anunciando un “paro indefinido”, sumándose a los pedidos de cierre del Congreso, adelanto de elecciones y una nueva Constitución, según un comunicado del Frente Agrario y Rural del Perú.
El colectivo, que agrupa a una docena de organizaciones, reclama, además, la “inmediata libertad” de Castillo, quien fue denunciado por la fiscal general de Perú, Patricia Benavides, ante el Congreso de la República, por los presuntos delitos de rebelión y conspiración.
La denuncia alcanza no sólo a Castillo, sino a la que fuera primera ministra, Betssy Chávez; su predecesor en el cargo, Aníbal Torres, y el ministro del Interior, Willy Huerta, informó la emisora de radio peruana RPP.
En respuesta, Castillo publicó una carta desde su centro de arresto, en la que escribió que considera estar “secuestrado” y tachó de “usurpadora” a la mandataria Boluarte.
“Les hablo en el trance más difícil de mi gobierno, humillado, incomunicado, maltratado y secuestrado, pero así revestido de la confianza y lucha de ustedes, de la majestad del pueblo soberano, pero además infundido por el glorioso espíritu de nuestros ancestros”, dice la carta firmada por él y publicada en Twitter.