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EU alerta: brote de COVID en China puede ser ‘caldo de cultivo’ para variantes más peligrosas

China enfrenta una ola de contagios después de que decidió levantar la mayoría de las restricciones de su estrategia ‘Cero COVID’.

Después de casi 3 años viviendo bajo las restricciones de la estrategia 'Cero COVID', las autoridades chinas levantaron por fin las medidas. (HECTOR RETAMAL/Bloomberg)

A Estados Unidos le preocupa que el brote exponencial de COVID-19 en China pueda generar nuevas mutaciones del virus SARS-CoV-2, ya que el país más poblado del mundo continúa lidiando con el impacto de la relajación de los protocolos ‘Cero COVID’ que habían mantenido a raya la pandemia.

“Cuando se trata del brote actual en China, queremos que se controle”, dijo el lunes el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en una sesión informativa.

“Sabemos que cada vez que el virus se propaga en la naturaleza, tiene el potencial de mutar y representar una amenaza para las personas en todas partes”, mencionó.

Las ciudades chinas están presenciando una ola de casos de COVID, y crece la preocupación de que el Gobierno pueda estar ocultando el verdadero número de víctimas del virus SARS-CoV-2 después de años de insistir en que el Partido Comunista había manejado el virus con más habilidad que Occidente. El lunes, la policía y los guardias de seguridad sacaron a los periodistas de un crematorio de Beijing.


En una declaración a Bloomberg News, el portavoz de la embajada estadounidense de China, Liu Pengyu, dijo que China ha adoptado “medidas de prevención y control científicas y precisas” para minimizar el impacto del virus en la población y la economía.

Liu agregó que China “sigue fortaleciendo el monitoreo del genoma de las variantes de Ómicron que circulan globalmente, importadas y locales”, así como la “evaluación oportuna de variantes emergentes para proporcionar una base científica para la optimización continua de las políticas de prevención y control”.

Un cambio de estrategia de 180 grados

El brote ‘salió de control’ luego de la decisión del gobierno de levantar una serie de restricciones estrictas, incluidos los protocolos de cuarentena y aislamiento, que habían aislado en gran medida a los mil 400 millones de habitantes de China del peor impacto de la pandemia de COVID-19.

El cambio de la estrategia china contra el COVID-19 siguió a las protestas a finales de noviembre en numerosas ciudades chinas luego de que se culpara a las medidas de contención por las muertes luego de un incendio en la región occidental de Xinjiang del país.


Las agencias de salud, incluidos los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EU, han estado buscando nuevas variantes como delta u ómicron a medida que las olas del COVID-19 golpean a diferentes países del mundo. Las nuevas variaciones “permiten que el virus se propague más fácilmente o lo hacen resistente a tratamientos o vacunas”, según los CDC.

Estados Unidos, que enviará una delegación encabezada por el secretario de Estado Antony Blinken a Beijing a principios de 2023, espera que China pueda controlar su actual brote en parte porque cualquier golpe adicional a la nación asiática podría dañar aún más a la economía mundial, dijo Price.

“El número de víctimas del virus es motivo de preocupación para el resto del mundo, dado el tamaño del PIB de China”, dijo. “No solo es bueno para China estar en una posición más fuerte frente a COVID, sino que también es bueno para el resto del mundo”.

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