WASHINGTON, D.C.- Tres autobuses llenos de migrantes, enviados desde Texas por el gobernador Gregg Abbott, fueron dejados en Nochebuena en las afueras en la colina del Observatorio Naval, residencia oficial de la vicepresidenta Kamala Harris, para presionar al presidente Joe Biden a fin de que autorice el despliegue de fuerzas federales en la frontera con México.
“Usted y su administración deben detener la mentira de que la frontera es segura y, en su lugar, desplegar de inmediato activos federales para abordar los graves problemas que han causado. Debe ejecutar los deberes que la Constitución de los Estados Unidos le exige realizar y asegurar la frontera sur antes de que se pierdan más vidas inocentes”, escribió Abbott.
Familias de inmigrantes fueron dejadas en la calle, en temperaturas bajo cero, en momentos que el noreste de Estados Unidos y otras zonas del país enfrentan una onda gélida con bajas temperaturas récord. Imágenes de la televisora local abc7 mostraban que algunos de los migrantes no llevaban ropa adecuada para el frío. Uno de los migrantes fue visto con pantalones cortos.
“Esto muestra la crueldad del gobernador Abbott y su insistencia de continuar enviando a personas en camión (...). No tienen abrigos, no tienen ropa para este tipo de clima y se están congelando”, declaró la activista Amy Fischer, de la Red de Solidaridad Mutua con los Migrantes. Los migrantes fueron llevados a una iglesia.
Más de 9 mil migrantes, de todas las nacionalidades, han sido enviados a la capital estadounidense y a otras ciudades por gobernadores republicanos.
El Departamento de Seguridad Nacional advirtió a los migrantes que eviten tratar de ingresar al país sin autorización porque serán expulsados bajo el Título 42.