Nueve hombres fueron azotados en público en el sur de Afganistán este martes como castigo por distintos delitos bajo el nuevo gobierno del país, informó un funcionario nombrado por el Talibán.
Los azotes fueron el último ejemplo de las duras políticas impuestas por el Talibán desde que llegaron el poder en agosto de 2021, normas que reflejan su interpretación de la ley islámica o sharia.
Por el regreso de estas duras medidas se han producido imágenes inquietantes, como las cabezas cubiertas de maniquíes con bolsas de tela o de plástico negro.
Haji Zaid, portavoz de la oficina del gobernador en la provincia sureña de Kandahar, explicó en un tuit que los azotes ocurrieron en un estadio deportivo en la capital homónima de la región.
Cada hombre recibió entre 35 y 39 golpes en frente de funcionarios talibanes, clérigos religiosos, ancianos y población local, agregó.
El tuit de no ofreció detalles sobre los delitos de los que estaban acusados ni ofreció más detalles tras la ejecución del castigo corporal.
Zaid y otros funcionarios talibanes en Kandahar no pudieron ser contactados de inmediato para realizar comentarios.
En diciembre de 2022, el Talibán quitó la vida a un afgano condenado por matar a otro hombre en la primera ejecución pública desde que los antiguos insurgentes regresaron al poder. La ejecución fue perpetrada por el padre de la víctima, con un rifle de asalto, en la provincia occidental de Farah ante la mirada de cientos de espectadores y muchos altos cargos talibanes.
Ningún país ha reconocido oficialmente al Talibán como nuevo Gobierno en Afganistán. El grupo ya había gobernado el país a finales de la década de los noventa.
Tras su ascenso, numerosos afganos que corren peligro y que no pudieron ser evacuados batallan por encontrar sitios seguros y por viajar al exterior de una forma legal.