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La otra tragedia: frío y hambre acechan a los sobrevivientes

Tres días después del terremoto, un convoy pudo llevar la ayuda humanitaria de la ONU a las zonas rebeldes de Siria.

Sismo Trabajos de rescate entre los escombros de un edificio derrumbado, en Turquía. (AP)

BAB AL-HAWA.- Un pequeño convoy cruzó desde Turquía hacia el noroeste de Siria, una zona controlada por rebeldes, con medicamentos, mantas, tiendas de campaña y kits de refugio de la ONU.

Son los primeros auxilios que llegan al enclave, tres días después del terremoto que mató a miles de personas en esta zona de guerra.

Antes del convoy de seis camiones, los únicos que cruzaban Bab al-Hawa, en la frontera entre Turquía y Siria, eran personas que llevaban cuerpos de víctimas: refugiados sirios que huyeron de la guerra y se establecieron en Turquía, pero fallecieron en el terremoto de magnitud 7.8.

Los sobrevivientes, llorando, llevaban los restos de sus seres queridos envueltos en sábanas, mientras otros esperaban en el lado sirio.

Incluso antes de que el terremoto causara estragos en ambos lados de la frontera (el número de muertos superó los 22 mil y los 80 mil heridos), el enclave sirio de 4.6 millones de personas estaba plagado de miseria extrema, muchos vivían en campamentos para desplazados y dependían de la ayuda humanitaria.

Los rescatistas hacían un último esfuerzo para encontrar sobrevivientes del terremoto que dejó muchas comunidades irreconocibles en Turquía y Siria.

El frío, el hambre y la desesperación se apoderaron de cientos de miles de personas que quedaron sin hogar, mientras se desvanecía la esperanza de que muchas más personas fueran encontradas con vida entre las ruinas de las ciudades.

El sismo afectó una zona que alberga a 13.5 millones de personas en Turquía y a una cifra desconocida en Siria. Incluso con un ejército de personas que participan en las labores de rescate, los equipos tuvieron que escoger los sitios donde iban a ayudar.

Las imágenes desde el aire mostraban el alcance de la devastación, con barrios enteros de rascacielos reducidos a metal retorcido, hormigón pulverizado y cables expuestos.

En Adiyaman, periodistas vieron a una persona suplicando a los rescatistas que buscaran entre los escombros de un edificio donde habían quedado atrapados sus familiares. Estos se negaron, señalando que no había nadie con vida allí y que tenían que dar prioridad a zonas donde podría haber sobrevivientes.

En su trabajo en esa ciudad, el equipo de rescatistas mexicanos encontró a la primera persona con vida en los escombros de un edificio.

La noticia fue compartida por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, a través de Twitter, acompañada de un video en el que se ve a los elementos de la Sedena sacar a una mujer de los escombros.

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