David Malpass dejará su puesto como presidente del Banco Mundial, casi cuatro años después de que el expresidente estadounidense Donald Trump lo nominó para dirigir la agencia.
La entidad crediticia contra la pobreza informó el miércoles que Malpass dejará el cargo el 30 de junio. Su periodo de cinco años terminaba en abril de 2024.
Malpass, un economista que anteriormente fungió como subsecretario de asuntos internacionales del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, señaló en un comunicado que había decidido perseguir nuevos retos.
“En momentos en los que los países en vías de desarrollo enfrentan crisis sin precedentes, estoy orgulloso de que el Banco Mundial ha respondido con rapidez, amplitud, innovación e impacto”, dijo. “Los últimos cuatro años han sido algunos de los más significativos de mi carrera”.
Cuando asumió el cargo, Malpass había sido un crítico del Banco Mundial, alegando que se había enfocado demasiado en su propia expansión y no lo suficiente en su misión principal de combatir la pobreza.
La secretaria del Departamento del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, agradeció a Malpass por su servicio.
“El mundo se ha beneficiado de su fuerte apoyo a Ucrania ante la ilegal e injustificada invasión rusa, de su trabajo fundamental para ayudar al pueblo afgano y de su compromiso para ayudar a los países de bajos ingresos” y reducir su endeudamiento, señaló Yellen en un comunicado.
Ahora, el presidente estadounidense Joe Biden puede nominar al sucesor de Malpass.
Clemence Landers, investigadora del Centro para el Desarrollo Global, con sede en Washington, dijo que Malpass dedicó gran parte de su energía a ayudar a los países en vías de desarrollo a hacer frente a sus deudas.
Pero bajo su liderazgo, añadió, el banco “cedió mucho espacio” a su agencia hermana, el Fondo Monetario Internacional, y a otras agencias regionales de desarrollo.
“Hay muchas cosas en las que el Banco Mundial dejó pasar la oportunidad”, comentó, y mencionó las críticas que recibió la agencia por no haber sido lo bastante agresiva a la hora de respaldar proyectos para luchar contra el cambio climático o para ayudar a las naciones pobres a tener acceso a las vacunas contra el COVID-19.
Malpass fue objeto de críticas el año pasado por dudar, en unas declaraciones realizadas en una conferencia, de la información científica que señala que la quema de combustibles fósiles causa el calentamiento global. Más tarde se disculpó y dijo que se había expresado mal, señalando que el banco a menudo se sustenta en la ciencia climática.