Un fuerte sismo sacudió este viernes 26 de mayo a Tokio y otras zonas del este de Japón sin que se emitiera una alerta de tsunami.
El temblor de magnitud 6.2 tuvo su epicentro en el mar, frente a la costa de la península de Chiba, a una profundidad de 44.5 kilómetros (28 millas), dijo el Servicio Geológico de Estados Unidos.
El temblor alcanzó el nivel 5- en la escala sísmica nipona (de 7 niveles y centrada en medir la agitación sobre la superficie y los potenciales daños) en la zona norte de Chiba y en la colindante prefectura de Ibaraki, mientras que en Tokio se registró un nivel 3.
En las prefecturas de Chiba e Ibaraki se informó de una fuerte sacudida, aunque el Servicio Geológico dijo que era baja la probabilidad de que hubiera daños graves o víctimas fatales.
El terremoto causó la suspensión de algunos tramos de líneas ferroviarias locales en Chiba, así como retrasos por motivos de seguridad en la línea de alta velocidad Tohoku Shinkansen.
El servicio Kyodo News dijo que no se informó de problemas en la planta nuclear Tokai número 2 en Ibaraki.
Un fuerte movimiento azotó el pasado 5 de mayo del centro de Japón, donde dejó al menos un muerto y más de 20 heridos.
Japón es una de las naciones más propensas a sismos. Un fuerte movimiento en 2011 en el noreste del país causó un devastador tsunami y la fusión de una planta nuclear.
Familias en Japón podrían recibir un pago millonario si se van de Tokio
Japón planea impulsar el apoyo financiero a los hogares que se muden de la capital, Tokio, para combatir la despoblación en otras áreas del país, y reducir la sobrepoblación de la metrópoli, según múltiples informes que han dado los medios locales desde comienzos de este año.
Las familias elegibles en el área metropolitana de Tokio podrán recibir hasta 1 millón de yenes (7 mil 700 dólares), aproximadamente unos 145 mil pesos mexicanos, por niño a partir del año fiscal 2023 si se mudan a un área local desfavorecida, más del triple del incentivo de 300 mil yenes que ya existe, según los informes.
Los incentivos financieros resaltan los desafíos que enfrenta Japón con su baja tasa de natalidad y su larga esperanza de vida. Las áreas rurales han experimentado una rápida despoblación a medida que los jóvenes se alejan en busca de oportunidades en las ciudades, dejando las localidades salpicadas de casas vacías y lidiando con la disminución de los ingresos fiscales.