El personal médico de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos se negó a revisar el expediente de una niña de 8 años que padecía una afección cardíaca crónica y un trastorno sanguíneo raro antes de que al parecer tuvo una convulsión y murió al noveno día bajo custodia, encontró una investigación interna.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) ha dicho que los padres de la niña panameña compartieron el historial médico con las autoridades el 10 de mayo, un día después de que la familia quedó bajo custodia.
Pero una enfermera practicante se negó a revisar los documentos de la niña el día que murió, dijo la Oficina de Responsabilidad Profesional de la CBP en su declaración inicial el jueves sobre la muerte del 17 de mayo. La enfermera informó haber negado tres o cuatro solicitudes de ambulancia de la madre de la niña.
Anadith Danay Reyes Álvarez, de padres hondureños, nació en Panamá con una cardiopatía congénita. En una entrevista el 19 de mayo con The Associated Press, su madre, Mabel Álvarez Benedicks, dijo que hace tres años operaron a la niña con éxito.
Un día antes de morir, la menor presentó fiebre de 40.5 grados Celsius, según el informe.
Un sistema de videovigilancia en la estación de Harlingen, Texas, estuvo fuera de servicio desde el 13 de abril, una violación de la ley federal que impedía la recopilación de pruebas, según la Oficina de Responsabilidad Profesional, similar a la oficina de asuntos internos de la policía. El sistema se marcó para reparación, pero se arregló hasta el 23 de mayo, seis días después de la muerte de la niña.
Aún así, el informe se basó en entrevistas con agentes de la Patrulla Fronteriza y personal médico contratado para plantear una serie de preguntas nuevas e inquietantes sobre lo que salió mal durante los nueve días bajo custodia de la niña, que excedieron con creces el límite de 72 horas establecido por la propia agencia.
Los investigadores no dieron ninguna explicación sobre las decisiones que tomó el personal médico y parecían quedarse sin palabras.
“A pesar de la condición de la niña, las preocupaciones de su madre y la serie de tratamientos necesarios para controlar su condición, el personal médico contratado no la trasladó a un hospital para que recibiera atención de mayor nivel”, dijo la Oficina de Responsabilidad Profesional.
Troy Miller, comisionado interino de la CBP, dijo que la investigación inicial “brinda nueva información importante sobre esta trágica muerte” y reafirmó las medidas recientes, incluida una revisión de todos los casos “médicamente frágiles” bajo custodia para garantizar que estén fuera de custodia lo antes posible. El tiempo promedio bajo custodia se ha reducido en más de la mitad para las familias en dos semanas, dijo.
“(Esta muerte) fue una tragedia profundamente perturbadora e inaceptable. Podemos hacerlo mejor —y lo haremos— para asegurarnos de que esto nunca vuelva a suceder”, añadió Miller.
Anadith ingresó a Brownsville, Texas, con sus padres y dos hermanos mayores el 9 de mayo, cuando los cruces ilegales diarios superaron los 10 mil mientras los migrantes se apresuraban a vencer el fin de las restricciones relacionadas con la pandemia para solicitar asilo.
Le diagnosticaron gripe el 14 de mayo en un centro de detención temporal en Donna, Texas, y la trasladaron con su familia a Harlingen. El personal tuvo alrededor de nueve encuentros con Anadith y su madre durante los siguientes cuatro días en la estación de Harlingen hasta su muerte por inquietudes que incluían fiebre alta, síntomas de gripe, náuseas y dificultades para respirar. Le dieron medicamentos, una compresa fría y una ducha fría, según la Oficina de Responsabilidad Profesional.
Un monitor designado por la corte expresó su preocupación en enero sobre las condiciones crónicas de los niños con condiciones de salud frágiles que no logran comunicarse con el personal de la Patrulla Fronteriza.
El doctor Paul H. Wise, profesor de pediatría de la Universidad de Stanford que estuvo en el sur de Texas la semana pasada para investigar las circunstancias en torno a lo que dijo que era una muerte “prevenible”, dijo que no se debe dudar en enviar a los niños enfermos al hospital, especialmente aquellos con condiciones crónicas.
La madre de Anadith dijo a la AP que informó al personal sobre las condiciones de su hija, que incluían anemia falciforme, y pidió repetidamente asistencia médica y una ambulancia para llevar a su hija a un hospital, pero se lo negaron hasta que la menor quedó inconsciente.
Karla Marisol Vargas, abogada del Proyecto de Derechos Civiles de Texas que representa a la familia, dijo que los agentes de la Patrulla Fronteriza rechazaron los pedidos de medicamentos hasta el día que murió la niña.
“Se negaron a revisar los documentos que mostraban las enfermedades que tenía su hija”, dijo Vargas.
La familia vive con parientes en la ciudad de Nueva York mientras se hacen los arreglos del funeral.