El jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, quien lideró el fin de semana una rebelión contra la cúpula militar rusa, dijo en sus primeras declaraciones tras el fallido motín que solo buscaba salvar de la desaparición a la empresa militar privada y no cambiar el poder.
”El objetivo de la marcha era evitar la desaparición de Wagner (...) No buscábamos derrocar el poder en el país”, dijo.
Prigozhin anunció una insurrección contra los mandos militares rusos el viernes por la noche, después de que una de las bases del Grupo Wagner en el este de Ucrania fuera supuestamente bombardeada por Moscú, algo que el Kremlin desmintió.
La columna de fuerzas mercenarias tomó la ciudad de Rostov sobre el Don y avanzó sobre la capital rusa a lo largo del sábado, pero cuando se encontraba a unos 200 kilómetros de Moscú, Prigozhin anunció la retirada para “evitar el derramamiento de sangre”.
¿Por qué Prigozhin dio marcha atrás a la rebelión?
De acuerdo con el medio opositor ruso Meduza, el líder del grupo mercenario interrumpió su marcha sobre Moscú tras darse cuenta de que había ido “demasiado lejos” y que la perspectiva de que su columna -que se aproximaba ya a la primera línea de defensa de las fuerzas regulares rusas y de la Guardia Nacional- pudiera seguir avanzando, era escasa.
Cuando el Kremlin notó que Prigozhin era consciente de lo delicado de su situación, se produjo una segunda ronda de negociaciones para evitar una “confrontación sangrienta”, después de que hubiese habido unos primeros contactos en la noche del 23 de junio, poco después de que el jefe de Wagner anunciara su insurrección.
Según la información de Meduza, en las negociaciones del sábado intervinieron el presidente bielorruso Aleksandr Lukashenko, el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, y el jefe de gabinete de Putin, Anton Vaino.
”Prigozhin necesitaba a un tercero de fiar para tener una salida y salvar la cara”, dijo la fuente del medio que señaló que Lukashenko se había ofrecido para beneficiarse del papel de ser quien “salva a Rusia de un derramamiento de sangre o peor aún, de una guerra civil en potencia”.
El destino del jefe del Grupo Wagner -cuyo paradero actual se desconoce- aún es incierto, pero según las fuentes de Meduza ha sido “expulsado” de Rusia y Putin “no va a perdonar” la insurrección declarada por Prigozhin el pasado viernes noche.
Existe la posibilidad de que tras lo acontecido se produzcan cambios al frente del Ministerio de Defensa ruso -una de las reivindicaciones de Prigozhin, enfrentado con el titular de defensa, Serguei Shoigu-, según afirma el medio opositor ruso. Pero en este caso, de acuerdo con sus fuentes, se deberá más bien “a los problemas internos del Ministerio” que a un posible acuerdo con el líder de la compañía mercenaria, puesto que “Putin casi nunca se doblega a la presión”.