Una familia estadounidense lleva más de dos meses sin poder trasladar a su hijo nacido en México a Estados Unidos, debido a complicaciones con la agencia de gestación subrogada que contrataron y la burocracia mexicana que no les ha permitido arreglar el papeleo para que el niño llegue a su casa.
Todo ocurre debido a que Sam y Laura Kaitz contrataron a la agencia, que pensaban que era de “buena reputación”; sin embargo, los trámites legales no han avanzado, y por el momento Laura, la madre, vive en Nueva Jersey, mientras Sam está hospedado en un Airbnb en la Ciudad de México, cuidando del menor.
La familia informó a The Washington Post que la situación es desgastante, debido a que la madre sufre estar a distancia de su hijo, y cuando viene a México a visitarlo lamenta la distancia con sus otros dos hijos que viven en Nueva Jersey, uno de ellos con autismo.
Los Kaitz señalan que la agencia de subrogación, quien se comprometió a apoyarles y ahora les abandonó, dejándolos en medio de una trama legal que tiene que ver con el apellido del bebé, llamado Simon.
Para entender un poco más a fondo el tema, la gestación subrogada se le conoce como “vientre en alquiler” y es un método en el que el bebé crece en el vientre de otra mujer, quien es una donante de óvulo. Esto hace que el recién nacido tenga los genes del papá, en este caso Sam, pero no de Laura.
La familia pensó en la agencia de subrogación mexicana debido a su costo de 65 mil dólares, que aunque es una cifra elevada, es menor a los 100 mil o 200 mil que pueden llegar a gastar en Estados Unidos. Sin embargo, la embajada del país ha recomendado evitar esta práctica en México por las dificultades legales que existen de por medio.
Con engaños, la agencia de subrogación les dijo que esta información estaba desactualizada, por lo que la familia continuó en el proceso bajo la promesa de que los nombres de ambos padres podría estar en su certificado de nacimiento, tema que les emocionó.
Esto provocó un malentendido que con el tiempo se volvió una pesadilla, ya que Sam, días después del nacimiento de Simón, llegó a la Ciudad de México para reunirse con él. Posteriormente agendó una cita para que el bebé obtuviera su pasaporte, programada para el 7 de junio.
Sin embargo, sus abogados le comentaron que para que el nombre de Laura estuviera en el certificado de nacimiento de Simon tenía que pasar por el sistema judicial mexicano, por lo que la familia se enfrentó a una serie de trámites que no se han podido resolver:
“La embajada no aceptó ciertos documentos, diciendo que eran temporales o que no tenían validez legal. Le dieron una lista de los registros que necesitaba, luego rechazaron algunos porque no eran copias selladas oficiales y le dijeron que otro no era lo que buscaban”, recabó el Washington Post en una entrevista con la familia.
La situación mantiene en el ‘limbo’ a la familia Kaitz, ya que mientras la madre sufre por el distanciamiento de su bebé, el padre sufre estar lejos partícularmente de uno de sus hijos en Nueva Jersey, quien tiene autismo y se siente abandonado, lo cual ha frustrado a Sam, quien se ha encargado de los trámites para poder sacar a su hijo de México.
El jueves 29 de junio la Embajada de Estados Unidos remitió una consulta sobre la situación de la familia al Departamento de Estado; sin embargo, aún no hay una respuesta de las autoridades que agilice el tema legal.
Con información de The Washington Post