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Sudán: Tras huir del conflicto, miles de personas enfrentan enfermedades

En junio, los equipos de MSF comenzaron a apoyar tres clínicas del Ministerio de Salud para brindar atención médica primaria en los campos de refugiados de Um Sangour y Al Alagaya.

Entre los pacientes de sarampión que MSF trata y examina en Malakal, el 90 por ciento no está vacunado, lo que muestra que ha habido una interrupción en los programas de vacunación de rutina en Sudán. (MSF). (Ahmad Mahmoud/MSF)

Más de 140 mil personas, en su mayoría mujeres, niñas y niños sursudaneses que han huido de Jartum, han llegado recientemente al estado del Nilo Blanco desde que estalló el conflicto en Sudán y ahora afrontan enormes necesidades insatisfechas de alimento, refugio, atención médica y agua y saneamiento en 10 campos de acogida que albergan a unas 387 mil personas, según las autoridades locales. Los equipos de Médicos sin Fronteras (MSF) que trabajan en algunos de estos campos están desbordados con decenas de nuevos casos sospechosos de sarampión y desnutrición entre las niñas y niños.

“Cada día llegan más personas, y los números van en aumento. A su vez, esto aumenta la necesidad de ofrecer mejores servicios de salud, alimentos y refugio”, afirma Alí Mohammed Dawoud, responsable de actividades médicas de MSF.

En junio, los equipos de MSF comenzaron a apoyar tres clínicas del Ministerio de Salud para brindar atención médica primaria en los campos de refugiados de Um Sangour y Al Alagaya, así como en Khor Ajwal, que alberga a sudaneses desplazados del estado del Nilo Azul. Recientemente, MSF también comenzó a apoyar el centro de alimentación terapéutica en el hospital del campo de refugiados de Al Kashafa, donde están ingresados unos 50 menores con desnutrición aguda severa, algunos de los cuales han sido derivados de otros campos de refugiados.

Um Sangour, un campo destinado a albergar a unas 30,000 personas, acoge ahora a más de 70,000. Las necesidades son enormes y van en aumento en estos campos sobrepoblados. “Las enfermedades más comunes que afectan a la comunidad aquí, especialmente a las niñas y niños menores de cinco años, son el sarampión, la neumonía y la desnutrición”, dice Alí.


“El número de muertes ya era alto cuando llegamos. Recibimos un promedio de 15 a 20 casos sospechosos de sarampión diariamente, con seis muertes registradas en la primera semana. Trágicamente, la mayoría de los fallecidos eran menores de cinco años. Junto con el Ministerio de Salud hemos establecido un centro de aislamiento para brindar a estas niñas y niños la atención necesaria”.

“Actualmente, realizamos una media de 300 a 350 consultas diarias, incluyendo de 30 a 40 casos sospechosos de sarampión”, continúa Ali. “También tenemos una sala de parto para mujeres embarazadas y asistimos uno o dos partos al día y hacemos entre 20 y 30 consultas de atención prenatal para mujeres embarazadas. Nuestros servicios de inmunización de rutina alcanzan entre 30 y 40 niños por día”.

Durante varias semanas, MSF ha estado abogando ante las autoridades sanitarias locales para movilizar las vacunas contra el sarampión disponibles, que ya se encuentran en el país, y poder así llevar a cabo una vacunación masiva de niñas y niños en el estado del Nilo Blanco. Al mismo tiempo, para ampliar las actividades médicas humanitarias, necesitamos un aumento significativo de personal, incluyendo más especialistas internacionales, dado que los equipos que trabajan in situ están sobrecargados y agotados.

El conflicto actual ha dejado a Sudán sin capacidad de laboratorio para identificar brotes de enfermedades. Al otro lado de la frontera, en las localidades de Renk y Malakal de Sudán del Sur, se ha confirmado un brote de sarampión entre las personas que huyeron del conflicto. Se estima que más de 100 mil personas ya han cruzado la frontera de Sudán a Sudán del Sur.


Entre los pacientes de sarampión que MSF trata y examina en Malakal, el 90 por ciento no está vacunado, lo que muestra que ha habido una interrupción en los programas de vacunación de rutina en Sudán.

“Mi sobrina tiene fiebre y diarrea, y también vomita”, cuenta Philip*, un joven que espera con su hermana y su hija en una de las clínicas del estado del Nilo Blanco. “Aunque le recetaron medicamentos, no pudimos encontrarlos en la farmacia. Desafortunadamente, hay una gran escasez de medicamentos. El sarampión se está cobrando vidas rápidamente. La fiebre está resultando letal. Si alguien se enferma por la mañana, a menudo no sobrevive hasta la noche”.

En otra parte de la clínica, una mujer embarazada, Hamida*, que espera con su hijo enfermo, describe otros desafíos a los que se enfrenta la gente.

“Hubo intensos bombardeos en nuestro barrio. Mi familia de ocho y yo huimos de Jartum hace dos meses. Nuestra situación aquí es un desafío porque somos recién llegados y no hemos recibido ninguna ayuda. Luchamos para conseguir algo de comer. Hasta ahora solo hemos recibido lonas de plástico. Numerosas personas están esperando comida y materiales de refugio; no hay espacio para los refugios. Las condiciones son increíblemente difíciles; muchas personas viven al aire libre porque carecen de un refugio adecuado. El agua está sucia, lo que provoca enfermedades. Si bebes agua, coges diarrea y empiezas a vomitar”.

La estación anual de lluvias ya ha comenzado, lo que puede provocar un aumento de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera y la malaria, que es endémica en la zona.

En estos campos de acogida sobrepoblados, las personas tienen pocas opciones para mantenerse a sí mismas o sus familias y dependen completamente de la asistencia. Algunos han recibido algunos alimentos a través de refugiados y familiares que ya vivían en los campos antes del estallido del conflicto actual.

A medida que llegan más personas, existe una necesidad urgente de aumentar la asistencia, incluyendo el apoyo nutricional y la provisión de refugio, alimentos, agua potable, saneamiento y vacunas contra el sarampión para frenar un brote. Esto requiere urgentemente más personal, incluyendo personal con experiencia en la gestión de este tipo de crisis y emergencias, y asegurar rutas de suministro más cortas que lleguen directamente al estado del Nilo Blanco desde el extranjero.

En poco más de tres meses de intensos combates en Sudán, más de 3 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, según la ONU. Más de 2.1 millones han buscado refugio dentro de Sudán. Según la Organización Internacional para las Migraciones, el estado del Nilo Blanco, junto con Darfur Occidental, Río Nilo y los estados del norte, es una de las zonas que registra un mayor número de personas desplazadas.

*Los nombres fueron modificados para mantener el anonimato de las personas

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