Una bomba estalló este domingo en una manifestación de simpatizantes de un clérigo y líder político en el noroeste de Pakistán, matando a 40 personas y dejando al menos 150 heridos, dijo la policía.
El oficial Nazir Khan dijo que la convención de trabajadores del partido Jamiat Ulema Islam de Maulana Fazlur Rehman se llevaba a cabo en las afueras de Khar, la capital del distrito de Bajur, cuando se produjo la explosión.
El funcionario indicó que algunos de los heridos fueron trasladados al hospital de la ciudad en estado crítico y que el número de muertos podría aumentar.
El administrador del gobierno, Mohibullah Khan Yousufzai, confirmó el número de muertos y lesionados. Agregó que los heridos graves estaban siendo trasladados en avión a la capital provincial, Peshawar, para recibir una mejor atención médica.
Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad del ataque, pero el grupo Estado Islámico opera al otro lado de la frontera en Afganistán.
Maulana Ziaullah, el jefe local del partido de Rehman, está entre los muertos. El senador Abdur Rasheed y la exlegisladora Maulana Jamaluddin también estaban en el escenario pero salieron ilesos. Los funcionarios del partido dijeron que Rehman no estaba en el mitin.
Se considera que Rehman es un clérigo pro-talibán y su partido es parte del gobierno de coalición en Islamabad. Se están organizando reuniones en todo el país para movilizar simpatizantes para las próximas elecciones.
Mohammad Wali, un testigo, dijo que estaba escuchando a un orador dirigirse a la multitud cuando la gran explosión lo ensordeció temporalmente.
“Estaba cerca del dispensador de agua cuando la bomba explotó y me arrojó al suelo”, comentó. “Vinimos a la reunión con entusiasmo, pero terminamos en el hospital viendo a los heridos llorando y a los familiares sollozando trayendo los cuerpos de sus seres queridos”.
Bajur ha sido un refugio seguro para los milicianos islámicos hasta los últimos años, cuando el ejército paquistaní llevó a cabo operaciones masivas para eliminar la militancia de la región tribal. Los extremistas siguen atacando a menudo a las fuerzas de seguridad y a los civiles.