Una fuerte tormenta tropical arremetió contra las regiones costeras en el sur de Corea del Sur, con intensas lluvias y vientos que derribaron árboles, arrancaron tejados y convirtieron carreteras en ríos de color chocolate en su lento avance en dirección norte, hacia importantes centros urbanos cerca de la capital.
Había reportes inmediatos de muertes o lesiones asociadas a la tormenta, según el Ministerio del Interior y Seguridad. Más de 10 mil personas, la mayoría en zonas costeras del sur, se vieron obligadas a evacuar sus hogares, y se esperaba que el número siguiera creciendo.
Las autoridades cerraron cientos de autopistas, calles y parques públicos y enviaron mensajes de alerta advirtiendo del riesgo por la tormenta Khanun, que llegó apenas unas semanas después de que lluvias torrenciales provocaran inundaciones repentinas y aludes de tierra que se cobraron al menos 47 vidas.
Algunas partes del país ya han recibido más de 30 centímetros de lluvias, y los trabajadores de emergencias respondían a cada vez más avisos de inundaciones y deslaves.
La tormenta tropical Khanun afectará la zona metropolitana de Seúl
Tras tocar tierra en el suroeste del país, cerca del puerto de Geoje, el meteoro se desplazaba hacia el norte a 38 kilómetros por hora y se acercaba a la ciudad interior de Andong tras perder algo de fuerza, con vientos máximos sostenidos de 104 kilómetros por hora.
La tormenta tropical Khanun azotará durante varias horas al país con intensas lluvias y vientos en su lento avance por la Península de Corea.
El vórtice rozará la zona metropolitana de Seúl, en donde viven la mitad de los 51 millones de habitantes de Corea del Sur.
La Administración Meteorológica de Corea del Sur (KMA por sus iniciales en inglés) dijo que la tormenta se debilitará a medida que avance hacia Corea del Norte a primera hora del viernes, pero la zona de la capital seguirá resintiendo sus efectos hasta la tarde del viernes.
Desde el miércoles, la tormenta arrojó casi 35 centímetros de lluvia en las ciudades sureñas de Changwon y Yangsan.
En Changwon, trabajadores de emergencias emplearon cuerdas para rescatar a los peatones atrapados en amplios tramos de carreteras inundadas, y respondieron a aludes de tierra que dejaron tierra y otros materiales sobre las carreteras.
Los residentes y tenderos bloquearon sus puertas con sacos terreros, mientras los trabajadores colocaban barreras contra las inundaciones para proteger un importante mercado de pescado.
En Geoje, trabajadores de emergencia con cascos examinaban un estacionamiento donde había vehículos aplastados o dañados por ladrillo y otros materiales aparentemente arrastrados por fuertes vientos.
En la ciudad costera de Busan, la segunda urbe más grande del país, los vientos alcanzaron los 126 kilómetros por hora y los trabajadores de emergencias vestidos con uniforme anaranjado retiraban árboles que cayeron sobre las calles y atendían reportes de cercas caídas, ventanas rotas y otros daños.
Las ciudades vecinas de Ulsan, Pohang y Gimcheon emitieron avisos por lluvias e inundación para zonas cerca de ríos y arroyos que fluían por sus distritos urbanos. Más de 350 vuelos se cancelaron y casi 500 carreteras estaban cerradas.