Gobernadores republicanos de Estados Unidos se unieron para demostrar su respaldo al mandatario de Texas, Greg Abbott, en su lucha para frenar la migración irregular en la frontera con México.
Argumentando que lo que en realidad buscan es frenar el tráfico de fentanilo, así como detener el ingreso de criminales y miembros de cárteles mexicanos, y no los flujos de personas, los gobernadores señalaron que es necesario seguir reforzando la división entre ambos países.
Entre las propuestas de Abbott se encuentra la de poner un muro flotante en el río Bravo, al igual que incrementar la presencia de la Guardia Nacional en la zona y enviar a los migrantes en camiones a ciudades santuario.
El mandatario texano realizó un recorrido aéreo sobre la frontera con los gobernadores Kim Reynolds, de Iowa; Jim Pillen, de Nebraska; Kevin Stitt, de Oklahoma, y Kristi Noem, de Dakota del Sur.
Posteriormente, realizaron una conferencia de prensa en la que Abbott defendió su decisión de blindar la frontera.
“Déjenme ser claro. Estamos completamente autorizados por la Constitución de Estados Unidos de América para hacer exactamente lo que estamos haciendo, que es asegurar la frontera”, sentenció.
Asimismo, defendió su decisión de instalar el muro flotante en el río, argumentando que éste era legal.
Sin embargo, dejó de lado que, además de estos objetos, también hay sierras de metal entre cada uno de los flotantes.
Además, expuso que las autoridades estatales se aseguraron de que su muro no se haya extralimitado hacia territorio mexicano.
“Ha habido rumores, que yo no sé si son reales, de que las boyas se habían desplazado hacia el lado de México. Para extremar las precauciones, Texas movió las boyas y las colocó en un lugar en el que queda claro que están del lado de Estados Unidos”, expresó Abbott.
Finalmente, declaró que los mandatarios que lo acompañaron a este recorrido, y él mismo, no se quedarán de brazos cruzados ante “este desastre” en materia migratoria, que atribuyen al gobierno de Joe Biden.
Por otra parte, el gobernador de Oklahoma hizo un llamado para que regresen las medidas implementadas por el expresidente Donald Trump.
El mandatario intentó matizar, y aseguró que estos llamados no son en contra de los migrantes, ya que “en Oklahoma, alrededor de 12 por ciento de la población es hispana y contribuye mucho a nuestro estado”.
Pero, segundos después, sostuvo que “no tienes cerebro si no piensas en que tenemos que asegurar nuestra frontera. Hay terroristas entrando por aquí, criminales, los cárteles lo están usando, y están explotando a la gente. Tiene que parar”.