El Gobierno de Sudáfrica anunció este lunes que retirará a todos sus diplomáticos acreditados en Israel para consultas sobre la crisis desatada en la Franja de Gaza por la ofensiva militar israelí.
”El Gobierno sudafricano ha decidido retirar a todos sus diplomáticos en Tel Aviv para realizar consultas”, afirmó la ministra en la Presidencia, Khumbudzo Ntshavheni, en una rueda de prensa en Pretoria para informar de las conclusiones de la reunión del Gabinete celebrada el pasado día 1.
”No se puede tolerar un genocidio bajo la vigilancia de la comunidad internacional”, aseveró Ntshavheni sobre la situación en Gaza. El Gabinete, prosiguió, también “ha tomado nota de los continuos comentarios despectivos del embajador de Israel en Sudáfrica sobre quienes se oponen a las atrocidades y el genocidio del gobierno israelí.
”La posición del embajador de Israel en Sudáfrica se está volviendo muy insostenible”, advirtió Ntshavheni. De hecho, indicó que el gabinete ha ordenado al Ministerio de Relaciones Internacionales y Cooperación que “tome la medidas necesarias dentro de los canales y protocolos diplomáticos para abordar la conducta del embajador de Israel en Sudáfrica”.
El pasado fin de semana, el Gobierno sudafricano ya instó a Israel cumplir sus obligaciones en virtud del derecho internacional y proteger a los civiles en Gaza, al tiempo que pidió a las autoridades israelíes que agilicen la salida de sus nacionales de ese territorio.
El Ejecutivo sudafricano ha sido históricamente un firme defensor de la causa palestina, y el gobernante Congreso Nacional Africano (ANC) a menudo ha vinculado esa causa con su propia lucha contra el régimen segregacionista del apartheid (1948-1994).
Israel está inmerso en una guerra contra el grupo Hamás desde que el brazo armado de esta organización perpetrara el pasado 7 de octubre un ataque contra Israel que dejó más de mil 400 muertos (la mayoría civiles), 5 mil 400 heridos y al menos 241 secuestrados en Gaza.
La ofensiva militar de Israel sobre el enclave palestino ha causado casi 9 mil 500 muertos (la mayoría niños y mujeres), más de 24 mil heridos y 1.5 millones de desplazados que sufren condiciones de vida muy difíciles por el colapso de hospitales y la escasez de agua potable, alimentos, medicinas, electricidad y combustible.