BUENOS AIRES.- La “resaca” por el mal debate del candidato presidencial Javier Milei, de La Libertad Avanza, se reflejó en las declaraciones del aspirante que culpó a “tosedores” presentes en el salón de debates, que intentaron desconcentrarlo.
En sendas entrevistas radiofónicas, Milei se quejó de que “cuando yo estaba haciendo el cierre, que era un momento muy importante, estaban todos tosiendo”.
Lo dicho por el candidato no corresponde con lo que se pudo ver y escuchar en el salón de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
Al menos, no lo notaron los presentadores, ni los asistentes ni los millones de televidentes que presenciaron el debate de dos horas.
Sí puede atribuirse a ruidos y sensaciones que desconcentran y molestan a Javier Milei, que sólo él tiene la sensibilidad de escuchar.
La semana antepasada, en una de sus últimas reuniones sostenidas en la capital, el candidato cortó un encuentro con directivos de empresas españolas con inversiones en Argentina, porque le alteraban las papas fritas que, entre otros bocadillos, que se habían puesto sobre la mesa.
De acuerdo con lo dicho a este enviado por una fuente muy próxima a uno de los asistentes, se encontraban directivos de Banco Santander, Telefónica y empresas de gas, Milei se levantó de la mesa abandonó el salón y volvió a la junta cuando fueron retiradas las papas fritas.
Ayer, en Radio Mitre, dijo: “Me pusieron de mi lado la gente de él (Massa), entonces cuando yo hablaba todos tosían buscando perturbarme”.
En Radio Continental sugirió que hubo un deliberado “coro de tos”. “Massa tenía un conjunto de psicólogos que estaban buscando puntos con los cuales agredirme, y una de las cosas que lograron fue que el público que llevaba cada uno, en lugar de estar en el lugar en el que uno estaba en el atril, lo pusieron en diagonal”.
Cierto, pues el acuerdo del debate fue poner el atril de cada candidato frente a los invitados de su contraparte. Así, Milei estaba delante de los invitados de Massa, y éste tenía enfrente a los de Milei.
Se quejó de que Massa “fue agresivo conmigo”, y “tenía preparada toda una serie de trabajos para hacerme ver irascible, que no puedo mantener la estabilidad emocional”.
Acusó al equipo de Massa de contratar a un equipo de publicistas brasileños para manejarle redes sociales, lo cual es rigurosamente cierto. Está encabezado por Edinho Silva, exasesor de Lula en campaña, que le ha sido de mucha utilidad a Massa para disputarle el liderazgo en redes a Javier Milei.
La excandidata Patricia Bullrich, que luego de quedar tercera en la primera vuelta fue de inmediato (acompañada del líder real de su partido, Mauricio Macri) a manifestar su respaldo a Milei, mostró su desánimo a la televisión uruguaya al término del debate:
“La sensación general que después aparece es que hay dos alternativas muy distintas en Argentina: el profesionalismo, el político profesional, el político que las sabe todas, el de la palabrería; y una persona que le meten una estrategia de arrinconarlo y le cuesta más salir de ese rincón y tomar el centro de la escena. Eso sin duda pasó”, dijo Bullrich, quien no acudió al debate, como no lo hizo nadie de su partido que dice apoyar a Milei.
Massa, entretanto, se reunió con miembros de fuerzas de seguridad en la provincia de Buenos Aires y estrenó un spot que anuncia que con él llegará “la Argentina que estábamos esperando. Una Argentina de unión, soberana, de trabajo y producción”.
Por la mañana, se anunció el dato de inflación de octubre, que bajó a un dígito, 8.3 por ciento mensual, pero que impone un récord anual en décadas (desde 1991): 145 por ciento.
Hoy, el candidato Massa, secretario de Economía, retomará sus actividades de campaña en el interior del país.