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Javier Milei: ¿Por qué ‘cautiva’ a los argentinos?

Poco después de su primera aparición en televisión, Javier Milei se convirtió en un culto para quienes se sentían atraídos por su estilo directo.

Javier Milei, candidato a la presidencia de Argentina, saluda a sus partidarios mientras hace campaña en Buenos Aires (Rodrigo Abd/AP)

Batman y el Guasón, un hombre disfrazado de león y otro cuya cabeza y brazos han sido reemplazados por motosierras. No es Carnaval ni la Comic-Con, sino un estrafalario acto de campaña del candidato a la presidencia de Argentina, Javier Milei.

En unos años, este populista de ultraderecha ha pasado de ser un tertuliano de televisión que lograba audiencias altas con sus desatados arrebatos contra una “casta política” a la que culpaba de los eternos problemas económicos del país, a ser uno de los favoritos a ocupar la Casa Rosada. Incluso se atrevió a disfrazarse de “General AnCap”, la abreviatura de anarco-capitalista, en un acto en 2019.

Igual que su campaña comenzó como un espectáculo pensado para la televisión, sus seguidores recogieron el testigo y han convertido sus actos en oportunidades para mostrar su devoción por su candidato utilizando accesorios que se han vuelto virales en las redes sociales.

Poco después de su primera aparición en televisión, el autodenominado libertario se convirtió en una especie de culto para quienes se sentían atraídos por su estilo directo.


Así consiguió Milei transformar su éxito

Su atractivo parece residir en su capacidad para canalizar la ira que sienten los argentinos contra la clase dirigente ante una galopante inflación de tres dígitos y el aumento de la pobreza.

Milei, a quien en su día se consideró un personaje de segunda línea en la política argentina, consiguió transformar su éxito como tertuliano en un escaño en la Cámara de Diputados, la cámara baja del Congreso, en 2021.

Después lanzó lo que parecía ser una campaña presidencial sin muchas posibilidades, pero sorprendió a la clase política al convertirse en el más votado en las primarias de agosto, unos comicios a nivel nacional que sirven de encuesta a gran escala sobre las preferencias de los electores.

Se esperaba que saliese vencedor en las elecciones de octubre, pero terminó segundo con el 30 por ciento de los votos, casi siente puntos por detrás del ministro de Economía, Sergio Massa.


Milei y Massa medirán sus fuerzas en un balotaje del domingo, y las encuestas preelectorales muestran un empate virtual con un gran número de indecisos que inclinarán la balanza de un lado u otro.

Llamado a menudo el Donald Trump argentino, Milei muestra una mezcla de amor por los ideales del capitalismo con políticas sociales conservadoras, incluyendo la oposición al aborto, que fue legalizado en el país en 2020.

Muchos de sus partidarios han abrazado la comparación con Trump. En sus mítines es habitual ver sombreros y camisetas con la frase “Hagamos grande a Argentina otra vez”, en referencia al popular lema “Hagamos grande a Estados Unidos de nuevo” de Trump. Pero no es la única referencia inspirada en Estados Unidos.

La bandera amarilla de Gadsen, con una serpiente de cascabel y la frase “No me pises”, es un símbolo histórico estadounidense que suele asociarse a la derecha libertaria, que Milei y sus partidarios han adoptado.

Algunos seguidores echan mano de accesorios para emular la motosierra que Milei acostumbra a mostrar en sus mítines para simbolizar lo que quiere hacer con el gasto público estatal.

“Antes no me comprometía políticamente en nada”, dijo Martín Argañaraz, un artesano de 47 años que llevaba una motosierra de cartón en un mitin reciente de Milei en Buenos Aires. “Lo que me arrastró hasta acá es ver cómo los políticos cada vez se enriquecen más”.

Algunos de los más leales se disfrazan de él y otros se ponen máscaras de león, el animal con el que suele comprarse Milei.

Dondequiera que vaya, un pequeño ejército de vendedores ambulantes emprendedores lo sigue con artículos inspirados en el economista, a quien sus seguidores han apodado cariñosamente “el peluca” por su característica melena despeinada.

Las encuestas muestran que la palabra que los argentinos — tanto partidarios como detractores — más asocian con Milei es “loco”.

Sebastián Borrego, de 51 años, y su hijo de 12 viajaron más de 33 kilómetros para asistir a un mitin de Milei en Buenos Aires el mes pasado.

Para mostrarle su apoyo, Borrego llevaba una máscara de león casera. “Estamos necesitando un líder que nos lleve a un nuevo estilo de vida que estamos necesitando los argentinos”, rugió Borrego. “Recién la lucha comienza”.

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