El acuerdo para un alto el fuego de cuatro días en Gaza y la liberación de decenas rehenes capturados por Hamás y de palestinos encarcelados en Israel parecían haber topado un obstáculo de última hora.
Un alto funcionario israelí dijo que entrarán en vigor el viernes, un día más tarde de lo que se anunció inicialmente.
El avance diplomático prometía cierto alivio para los más de 2.3 millones de palestinos que han soportado semanas de bombardeos en Gaza, además de para las familias israelíes que temen por el destino de sus seres queridos retenidos durante la incursión de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, que desencadenó la guerra.
El asesor de seguridad nacional de Israel, Tzachi Hanegbi, anunció la demora el miércoles en la noche, pero no ofreció los motivos.
Negociadores trabajan en condiciones adecuadas para alto al fuego
Los negociadores siguen “trabajando para crear las condiciones adecuadas” para el alto el fuego y el intercambio de prisioneros, indicó Majed al-Ansari, vocero del Ministerio de Exteriores de Qatar, la nación del Golfo Pérsico que ha desempeñado un papel clave en la mediación con Hamás.
Qatar dijo que “en las próximas horas” se anunciaría la hora de entrada en vigor de la tregua. En un primer momento, estaba prevista para las 10:00 horas del jueves. Estados Unidos y Egipto también participaron en la negociación.
Por su parte, el Ministerio de Salud de Gaza reanudó su recuento detallado de las víctimas palestinas en la guerra y reportó más de 13 mil 300 fallecidos.
El conteo del ministerio controlado por Hamás no incluye cifras actualizadas de los hospitales del norte del sitiado enclave, donde a principios de mes se interrumpieron en gran medida los servicios y la comunicación.
Unas 6 mil personas están desaparecidas y se teme que puedan estar sepultadas bajo los escombros, añadió.
Las autoridades gazatíes no distinguen entre muertos civiles y combatientes en sus datos. Israel afirma que ha matado a miles de combatientes de Hamás, pero no ha presentado pruebas.
El ministerio dejó de hacer público el conteo el 11 de noviembre y más tarde dijo que había perdido la capacidad de obtener un dato preciso por el colapso de las comunicaciones.
El acuerdo había avivado la esperanza de poner fin a una guerra que ha arrasado amplias zonas de Gaza, alimentó un repunte de la violencia en la Cisjordania ocupada y despertó el temor a un conflicto más amplio en todo Oriente Medio.
Pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó en una conferencia de prensa televisada a toda la nación que la guerra se reanudará una vez que termine la tregua, con el objetivo de destruir las capacidades militares de Hamás, poner fin a sus 16 años de control sobre la Franja y el regreso de los 240 rehenes que se estima que siguen retenidos en el enclave por grupos insurgentes.
“La guerra continúa. Seguiremos hasta que logremos todos nuestros objetivos”, dijo Netanyahu, añadiendo que transmitió el mismo mensaje al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una llamada telefónica. Washington ha proporcionado un amplio apoyo militar y diplomático a Israel desde el inicio de la guerra.
Si se aplica, el acuerdo paralizará los movimientos de ambos bandos en un momento delicado. Las tropas israelíes controlan gran parte del norte de Gaza y sostienen que desmantelaron gran parte de los túneles y la infraestructura de Hamás allí.
El miércoles relevaron lo que calificaron como un importante escondite del grupo en un túnel bajo del hospital de Shifa.
El mayor hospital del enclave ha estado en el centro de una intensa batalla dialéctica sobre la supuesta imprudencia de las dos partes al poner en peligro a la población civil.
El director de Shifa, Mohammed Abu Selmia, fue arrestado por soldados israelíes, según reportaron la radio del ejército de Israel y la televisora Al-Jazeera. Ni el ejército ni los funcionarios de salud gazatíes realizaron comentarios de inmediato.