Los bancos de Argentina están recurriendo a letras a corto plazo emitidas por el banco central del país en busca de valores aún más líquidos, luego de que los vagos comentarios del presidente electo, Javier Milei, sobre la deuda y aviva la preocupación sobre cómo manejará los activos una vez que asuma el cargo.
En este momento, los bancos prefieren reemplazar las llamadas letras “Leliq” con títulos a más corto plazo y de menor rendimiento para aumentar la liquidez.
El jueves, renovaron solo el 10 por ciento de los 1.8 billones de pesos en instrumentos de deuda ofrecidos por el banco central en una subasta, según personas con conocimiento directo del asunto. La cifra contrasta con el 40 por ciento de la subasta del martes, que ya suponía una brusca disminución frente a antes de la votación.
El retroceso se produce mientras los argentinos esperan que Milei, quien ganó el domingo por un amplio margen, dé pistas sobre sus planes para sacar al país del borde de otra recesión.
El libertario ha dicho que las Leliq amplían la oferta de pesos en el futuro y, por lo tanto, avivan la inflación. Las calificó de “un problema”, pero no dio más detalles sobre sus políticas.
Según Diego Chameides, economista jefe de Banco Galicia, la idea es tener la mayor liquidez posible y atravesar la incertidumbre ante la falta de definiciones del plan de Milei.
Si bien los mercados recibieron bien la elección de Milei y aunque las preocupaciones sobre un aumento en los retiros en medio de su promesa de dolarizar la economía no se materializaron, el retroceso está comenzando a causar tensión en los mercados locales. Si los bancos continúan huyendo de las Leliq, que tienen vencimientos a 28 días y son utilizadas por el banco central para absorber pesos, la medida podría liberar más pesos en la economía y elevar la inflación, que ya se encuentra en un 143 por ciento anual.
El contado con liquidación, que los argentinos utilizan para eludir los controles cambiarios, se desplomó un 20 por ciento esta semana a un mínimo récord de 1.050 por dólar, frente a los 357 por dólar del tipo de cambio oficial.
Desde hace semanas, los prestamistas han estado reduciendo sus tenencias de Leliqs y aumentando sus posiciones en los llamados “repos”, letras en pesos a un día, para garantizar que puedan adaptarse a posibles cambios en la política monetaria en torno a las elecciones o un aumento en los retiros de pesos. Los repos, que tienen un menor rendimiento que las Leliq, representan ahora alrededor de la mitad de los pasivos que devengan intereses en poder de los bancos, frente a menos del 30% a principios de octubre.
Los bancos argentinos tienen actualmente 34.600 millones de dólares invertidos en Leliqs, considerando el tipo de cambio oficial.
La venta de los instrumentos ya ha llevado a algunos prestamistas a empezar a rechazar u ofrecer una remuneración más baja por los depósitos corporativos, según dos personas con conocimiento directo del asunto que pidieron no ser identificadas debido a que la información es de carácter privado.
Si la tendencia continúa, puede ser un potencial dolor de cabeza para el mercado paralelo de divisas, dijo Pedro Siaba Serrate, estratega jefe de la corredora local PPI.