Fuerza israelíes asaltaron uno de los últimos hospitales en funciones en el norte de Gaza y mataron al menos a 28 palestinos en una serie de ataques aéreos en el sur del territorio, al mantener este martes su ofensiva contra Hamás con apoyo renovado de Estados Unidos, pese a la creciente preocupación internacional.
En un hospital de la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, Mohammed Zaghroub se despidió de sus dos hijos —un niño de 2 años y una niña nacida hace dos semanas— que murieron en un ataque contra su casa antes del amanecer. Herido en el ataque, hizo una mueca cuando retiraba los sudarios para mirarles el rostro con su esposa y su madre de pie junto a su cama.
“Ella solo tenía dos semanas. Su nombre ni siquiera estaba registrado”, dijo la abuela de los menores, Suzan Zoughroub. Dirigiéndose al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu exclamó: “¿Cree que matando a estos niños logrará algo? ¿Han tenido éxito ahora? ¿Ha logrado lo que busca?”.
La ofensiva por aire y tierra, lanzada en respuesta al ataque de Hamás del 7 de octubre contra Israel, ha matado a casi 20,000 palestinos, desplazado a unos 1.9 millones de personas, arrasado con gran parte del norte de Gaza y provocado ataques contra objetivos estadounidenses e israelíes en toda la región.
Los ataques contra barcos en el mar Rojo por parte de los rebeldes hutíes yemeníes con apoyo iraní han hecho que grandes compañías navieras —así como la gigante energética BP— suspendan el tráfico por la crucial ruta, lo que llevó a Estados Unidos y sus aliados a emprender una nueva misión para contrarrestar la amenaza.
Luego de una reunión con autoridades israelíes el lunes 18 de diciembre, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo que proteger a los civiles palestinos era “tanto un deber moral como un imperativo estratégico” para Israel. También reiteró el apoyo de Estados Unidos a Israel en su guerra contra Hamás y reiteró que “no estoy aquí para dictar cronogramas o términos”.
Sus declaraciones indican que Estados Unidos seguirá protegiendo a Israel del creciente clamor internacional en favor de un cese del fuego, antes que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebrara otra votación el martes, y que Washington seguirá prestando ayuda militar para una de las guerras aéreas y terrestres más mortales del siglo XXI.
Ataques en el sur
Suzan Zoughroub dijo que su familia estaba durmiendo cuando su casa fue impactada antes del amanecer.
“Nos encontramos con que toda la casa se había derrumbado sobre nosotros”. Al menos 25 personas murieron en el ataque, junto con al menos otras tres en otro incidente en Rafah, según periodistas de The Associated Press que vieron los cadáveres llegar a dos hospitales locales la madrugada del martes.
Rafah, que está en la zona sur de Gaza a donde Israel aconsejó a la población palestina que se refugiara, ha sufrido bombardeos reiterados en los últimos días en que un gran número de civiles pierde la vida.
El ejército informó el martes que había matado a un responsable financiero de Hamás en un ataque aéreo en Rafah, sin especificar cuándo ocurrió o si había otros muertos o heridos.
También se libraron feroces batallas en el norte de Gaza, que ha quedado reducida a un páramo siete semanas después que tanques y tropas israelíes irrumpieran en la zona.
Imágenes en internet mostraron una escena de devastación después de un ataque que afectó a una organización benéfica local en el campamento de refugiados urbano de Jabaliya, con varios cadáveres desgarrados cerca de un carro tirado por burros en una calle llena de escombros y metal retorcido. Al menos 27 personas murieron en ese ataque y otros en Jabaliya el martes, según Munir al-Bursh, un funcionario del Ministerio de Salud.
La agencia humanitaria de la ONU, OCHA, indicó que al menos 62 personas murieron en ataques el domingo 17 y el lunes 18 de diciembre, que dañaron el interior del hospital Shifa de la ciudad de Gaza. Los detalles sobre las muertes no pudieron confirmarse de forma independiente porque las comunicaciones con el norte son cada vez más difíciles.
En el centro de la Franja de Gaza, al menos 15 personas murieron en ataques por la noche, de acuerdo con registros hospitalarios. Entre los muertos había una madre y sus cuatro hijos, que murieron cuando estaban sentados en torno a una hoguera, según un reportero de la AP que grabó la escena posterior.
La resistencia de Hamás
Hamás ha mantenido una firme resistencia y sigue lanzando cohetes a Israel. Los milicianos dijeron el martes que habían lanzado una ronda de proyectiles hacia Tel Aviv y las sirenas antiaéreas sonaron en el centro de Israel. No había reportes inmediatos de bajas o daños.
La guerra comenzó después de que Hamás y otros milicianos mataran a unas 1,200 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, y secuestraran a otras 240.
Desde el inicio de la guerra han muerto más de 19,400 palestinos, según el Ministerio de Salud en el territorio controlado por Hamás, que ha dicho que la mayoría de los fallecidos eran mujeres y niños y que miles de personas más están bajo los escombros. El ministerio no distingue entre muertos civiles y combatientes.
El ejército israelí dice que 131 de sus soldados han muerto en la ofensiva terrestre en Gaza. Afirma haber matado a miles de milicianos, sin ofrecer pruebas. Israel culpa a Hamás de las víctimas civiles y afirma que los milicianos las utilizan como escudos humanos, aunque rara vez hace comentarios sobre ataques concretos.
Asalto a hospital
Fuerzas israelíes asaltaron durante la noche y el martes de madrugada el hospital de Al-Ahli en Ciudad de Gaza, donde destruyeron un muro en la entrada principal y detuvieron a casi todo el personal, según la iglesia que lo gestiona.
En el lugar, también conocido como Hospital Baptista, se produjo una explosión al inicio de la guerra en la que murieron decenas de palestinos, y que según determinó después una investigación de The Associated Press, probablemente se debió a un cohete palestino fallido.
Don Binder, pastor de la catedral anglicana de San Jorge en Jerusalén, que gestiona el centro, dijo que la incursión había dejado sólo dos médicos, cuatro enfermeras y dos celadores para atender a unos 100 heridos graves, sin agua corriente ni electricidad.
“Ha sido una gran misericordia para los muchos heridos en Ciudad de Gaza que pudiéramos mantener abierto tanto tiempo nuestro hospital anglicano Ahli”, escribió Binder en Facebook el lunes por la noche. “Eso se acabó hoy”.
Había un tanque israelí estacionado en la entrada del hospital, añadió, lo que impedía entrar y salir a nadie.
El ejército israelí no hizo comentarios en un primer momento. Sus fuerzas han asaltado otros hospitales en el territorio y acusan a Hamás de utilizarlos con fines militares. El personal de los hospitales ha desmentido esas afirmaciones y acusa a Israel de poner en peligro a civiles heridos y enfermos de gravedad.
En noviembre, tras asaltar y prácticamente vaciar el hospital de Shifa —el más grande de Gaza— el ejército presentó lo que describió como un escondite miliciano bajo el recinto y otras pruebas de que había combatientes de Hamás dentro. Aún no ha respaldado sus afirmaciones de que Shifa era un importante centro de mando de Hamás, lo que afectaría a la cuestión de si estaba protegido por el derecho internacional.
Shifa vuelve a atender a cientos de pacientes heridos y acoge a decenas de miles de desplazados en condiciones precarias, según la Organización Mundial de la Salud, que describió su sala de urgencias como un “baño de sangre”. Los testigos dijeron que un ataque israelí golpeó el complejo médico el lunes y dejó varios muertos y heridos.
El ejército dijo el martes que sus tropas habían encontrado un dispositivo explosivo en una clínica de Shijaiyah, un vecindario de Ciudad de Gaza donde se han producido fuertes combates en los últimos días. No aclaró si la clínica estaba operativa, y en imágenes publicadas por el ejército parecía estar abandonada.
Votación en el Consejo de Seguridad de la ONU
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aplazó al martes la votación sobre una resolución impulsada por países árabes que pide un alto en las hostilidades para permitir un acceso sin trabas para la ayuda humanitaria. Los diplomáticos dijeron que había negociaciones para que Estados Unidos se abstuviera o votara a favor de la resolución, después de vetar una petición anterior de un cese el fuego.
Francia, Reino Unido y Alemania —de los aliados más cercanos de Israel— se sumaron el fin de semana a las peticiones globales de un cese el fuego. En Israel ha habido protestas para pedir negociaciones con Hamás que faciliten la liberación de las docenas de rehenes que aún retienen los milicianos.