El papa Francisco defendió, este domingo 14 de enero, su decisión de permitir la bendición de parejas del mismo sexo o en “situación irregular”, lo que ha suscitado recelos entre el sector más conservador de la Iglesia, y también afirmó que no piensa en la renuncia.
”No es ni un pensamiento, ni una preocupación, ni un deseo, es una posibilidad abierta a todos los papas pero por el momento no está en el centro de mis pensamientos, inquietudes o sentimientos”, dijo en una entrevista al programa “Che tempo che fa”, respondiendo a sí piensa en una eventual renuncia, como su predecesor, Benedicto XVI.
Y agregó: “Mientras yo me sienta con capacidad de servir seguiré adelante, cuando no pueda más será el momento de pensarlo.
Dentro de la larga entrevista que concedió el Papa al programa italiano también habló sobre la declaración del pasado 18 de diciembre con la que la Congregación para la Doctrina de la Fe aprobó la posibilidad de bendecir a parejas homosexuales o “irregulares”, pero sin que eso sea una justificación o equiparación al matrimonio.
El documento ha suscitado polémica por parte del sector conservador de la Iglesia, especialmente entre el clero africano, y el prefecto de la Congregación, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, ha tenido que matizar que se trata de una bendición espontánea y no litúrgica o ritual, y que depende de la cultura de cada zona (en África muchos países siguen persiguiendo la homosexualidad).
Francisco admitió que “cuando se toma una decisión hay un precio de soledad a pagar” y apuntó que muchas veces no se acepta algo “porque no se conoce”.
”Cuando no te gusta una decisión, habla y expón tus dudas, lleva adelante una discusión fraternal, así las cosas salen adelante. El problema es cuando no gusta, te lo metes en el corazón y haces resistencia y tomas malas conclusiones. Esto ha sucedido con estas últimas decisiones sobre la bendición a todos”, sostuvo.
Francisco defendió que “el Señor bendice a todos los que vienen” y que la Iglesia debe tomarles la mano y “no condenarles desde el principio”.
El pontífice argentino expresó nuevamente su preocupación por las guerras entre Ucrania y Rusia o entre Israel y las milicias de Hamás en la Franja de Gaza y denunció que detrás de los conflictos se encuentra “el negocio de las armas”.
”Invertir para asesinar, esta es una realidad”, lamentó, señalando las graves repercusiones que tienen las guerras especialmente para los más pequeños: “Que un niño olvide sonreír es criminal”.