Javier Milei, el nuevo presidente de Argentina, participó en el Foro Económico Mundial de Davos, aclamando a la élite empresarial como “héroes” y diciéndoles que se resistan a los políticos que abrazan el socialismo.
Al pronunciar su discurso de apertura en español, Milei advirtió a los delegados sobre los peligros que enfrentan los gobiernos que abrazan el socialismo, sin mencionar apenas el país para cuyo liderazgo fue elegido el mes pasado.
“Estoy aquí para decirles que el mundo occidental está en peligro”, dijo el ex profesor universitario a líderes políticos y empresariales, sin especificar a qué países se refería. “Y está en peligro porque quienes se supone deben defender los valores de Occidente están cooptados por una visión del mundo que conduce inexorablemente al socialismo y, por tanto, a la pobreza”.
El mandatario está acompañado de su hermana Karina Milei, a quien Javier dedicó su victoria presidencial el noviembre.
¿Quién es Karina Milei?
“El jefe” es el apodo que Javier usa para Karina. Ella es la más importante de un trío de mujeres influyentes que rodean al mandatario argentino
Karina Milei, que apenas habla en público, tuvo la tarea de presentar a su hermano el domingo por la noche después de que éste ganó una segunda vuelta presidencial con el 55.7 por ciento de los votos, el porcentaje más alto en una elección general desde el regreso de la democracia en 1983.
“Sin ella, nada de esto hubiera sido posible”, dijo Milei a la multitud que coreaba “Olé, olé, jefe, jefe”.
Milei disfrutó de un ascenso meteórico a la presidencia, dando el salto de comentarista de televisión a legisladora hace dos años. Al carecer de un grupo de asesores políticos conocidos, se ha rodeado de un grupo de mujeres que serán actores clave en su administración.
Según, Bloomberg, sólo hay una persona a la que Javier Milei obedece incondicionalmente, incluso después de convertirse en el hombre más poderoso de Argentina. De Karina busca consejo sobre todo tipo de asuntos personales y gubernamentales.
La influencia de Karina Milei sobre su hermano mayor es tan grande que muchos observadores creen en su decisión de dar el paso y sumergirse en la política vino de su querida hermana.
A quienes intentan comprender su singular relación, Milei les ofreció una vez la siguiente explicación: “Moisés era un gran líder, pero no era bueno difundiendo la palabra. Así que Dios envió a Aarón para que lo hiciera”, dijo en una entrevista televisiva, citando a figuras clave del judaísmo, la religión que está abrazando. “Bueno, Karina es Moisés y yo soy Aarón. Sólo soy un mensajero”.
Aunque la comparación puede resultar desconcertante para quienes no conozcan a los hermanos, ayuda a explicar el carácter intrépido de la campaña de Milei para el cargo más importante de Argentina, así como su disposición a lanzarse con propuestas radicales para remodelar el país.
Karina es incansable y obsesiva con los detalles. En los actos públicos, indica dónde se sienta cada persona. En las reuniones internas, ordena que los teléfonos móviles se dejen fuera de la sala o dentro de un sobre. Durante la toma de posesión, se aseguró de que los fotógrafos tuvieran acordonada una zona específica del Congreso desde la que sus fotos pondrían en evidencia la papada de Milei, un rasgo que a él le disgusta especialmente.
Karina, de 50 años, es soltera y sin hijos, como su hermano, de 53 años. Es tía de los “hijos de cuatro patas” de Milei, cinco mastines ingleses de 90 kilos a los que atiende por el nombre de los economistas que forjaron su visión libertaria del mundo: Murray Rothbard, Milton Friedman y Robert Lucas.
Todos ellos fueron clonados de Conan, el primer perro de Milei. Karina, que tiene un perro llamado Aaron, se considera una “médium espiritual”, capaz de establecer conexiones entre seres vivos y espíritus, incluidos los de mascotas como Conan.
Es licenciada en relaciones públicas y eventos empresariales y gubernamentales. Hasta 2020, vendía pasteles en Instagram a través de una tienda llamada “Sol Sweet”. “Mi hermana es la pureza moral”, dijo de ella Milei en otra entrevista. “Tiene unas normas morales poco convencionales y superlativas y es mucho más inflexible que yo. Es mejor ser humano que yo, sin maldad”.
Con información de AP, EFE y Bloomberg.