El Parlamento de Israel ha dado ‘luz verde’ en su fase preliminar a un proyecto de ley impulsado por el ultraderechista Otzma Yehudit, del que forma parte el ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben Gvir, para deportar a familiares de “terroristas” convictos.
El texto, impulsado por el ultraderechista Almog Cohen, ha sido aprobado por 17 votos a favor y seis en contra. Durante la votación, varios diputados de Lista Árabe Unida y la coalición Hadash-Ta’al han salido del pleno en señal de protesta, según ha recogido el diario ‘The Times of Israel’.
Tras la votación, Cohen ha celebrado la aprobación del texto y ha dejado claro que este es un paso “en el camino hacia la justicia”. “Su casa será destruida, su madre llorará mientras la familia se sube a un autobús y será deportada de nuestra tierra”, ha dicho.
Cohen ha señalado anteriormente en la red social X, antes Twitter, que tras los ataques del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) del 7 de octubre están “más obligados que nunca a imponer la pena más severa, que es la deportación de la familia del terrorista”.
“Según mis muchos años de familiaridad con la sociedad árabe, la deportación de la familia es el acto más eficaz y significativo para erradicar el terrorismo”, ha dicho, agregando que la ley corrije “años de injusticia”, puesto que muchos familiares “se jactan de las acciones de los asesinos”, convirtiéndoles incluso en “héroes” o modelos a seguir.
Guerra en Medio Oriente: ¿Qué pide Hamás a Israel para lograr una tregua?
En la primera fase de las tres propuestas, Hamás exige el repliegue de las fuerzas aéreas israelíes de las zonas pobladas de la Franja de Gaza, la entrada de más ayuda humanitaria y el inicio de la reconstrucción de hospitales y viviendas, junto al establecimiento de campamentos temporales.
A su vez, según el texto, se establecerían “conversaciones indirectas” con Israel para poner fin a la guerra y “regresar a una paz completa”, requisito que hasta ahora Israel siempre ha negado.
En una segunda fase, todos los hombres secuestrados serían liberados a cambio de un número todavía a determinar de prisioneros palestinos, así como una retirada completa del Ejército israelí del enclave palestino.
En la tercera fase, según el informe, se produciría el intercambio de los cuerpos fallecidos de rehenes, al menos 27, y otros presos ya muertos tanto a manos de Israel como de Hamás.