Nikki Haley suspenderá su campaña presidencial este miércoles 6 de marzo tras sufrir una rotunda derrota en varios puntos del país en el Supermartes, según personas conocedoras de su decisión, lo que dejará a Donald Trump como el último aspirante importante a la candidatura republicana para la presidencia en 2024.
Tres personas con conocimiento directo, que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizadas a comentar de forma pública, confirmaron la decisión de Haley antes de un anuncio oficial previsto para el miércoles por la mañana.
Haley no tiene previsto apoyar a Trump en su mensaje, según las personas informadas de sus planes. En lugar de eso, instará al expresidente a buscar el apoyo de la coalición de republicanos moderados y votantes independientes que la apoyaron.
Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, fue la primera rival significativa de Trump cuando se sumó a la contienda en febrero de 2023. En la etapa final de su campaña advirtió de forma agresiva al Partido Republicano que no se alineara con Trump, que según dijo está demasiado consumido por el caos y los agravios personales como para derrotar al actual presidente, Joe Biden, en las elecciones generales.
Derrota de Nikki Haley favorece a Donald Trump
La salida de Haley allana el camino a Trump para centrarse en su probable repetición del duelo con Biden en noviembre. El expresidente va camino de conseguir los 1.215 delegados necesarios para obtener la candidatura republicana este mes.
La derrota de Haley era un doloroso pero predecible golpe para los votantes, donantes y miembros del Partido Republicano que se oponen a Trump y su combativa marca política de “Hagamos Estados Unidos grande de nuevo”. Era especialmente popular entre votantes moderados y con educación universitaria, dos grupos que probablemente jugarán un papel crucial en las elecciones generales. No está claro si Trump, que hace poco declaró que los donantes de Haley quedarían vetados de forma permanente en su movimiento, puede llegar a unificar a un partido con profundas divisiones.
Haley abandona la campaña por las presidenciales de 2024 tras hacer historia como la primera mujer en ganar unas primarias republicanas. Derrotó a Trump en el Distrito de Columbia el domingo y en Vermont el martes.
Había insistido en que se mantendría en la pugna hasta el Supermartes y recorrió el país haciendo campaña en estados que celebraban primarias republicanas. Al final no pudo trastocar el avance arrollador de Trump hacia su tercera candidatura republicana.
Los aliados de Haley señalaron que ya había superado las expectativas de la mayoría al llegar tan lejos.
En un principio descartó presentarse contra Trump en 2024. Pero después cambió de opinión y comenzó su campaña tres meses después que él, con argumentos como los problemas económicos del país y la necesidad de un “cambio generacional”. Haley, de 52 años, pidió más tarde que se hicieran pruebas de competencia a los políticos mayores de 75 años, una alusión tanto a Trump, que tiene 77 años, como a Biden, de 81 años.
Su candidatura tardó en recabar donantes y apoyos, pero finalmente resistió más que todos sus otros rivales del partido, como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, el ex vicepresidente Mike Pence y el senador Tim Scott, también de Carolina del Sur y al que nombró para el Senado en 2012. Y el dinero fluyó hasta el final. Su campaña recaudó más de 12 millones de dólares sólo en febrero.
Se ganó a muchos donantes republicanos, votantes independientes y el llamado bando de “Nunca Trump”, aunque afirmó los procesos penales contra el magnate tenían motivaciones políticas y prometió que si llegaba a presidenta, le indultaría si era condenado en una corte federal.
Conforme se consolidó la lista de aspirantes, Haley y DeSantis pelearon en las primeras votaciones por el segundo puesto a gran distancia de Trump. Ambos se atacaron en debates, anuncios y entrevistas, a menudo de forma más directa que a Trump.