BALTIMORE, Maryland, EE.UU. — En plena noche, la radio emitió un aviso de 12 segundos: un enorme carguero había perdido la dirección y se dirigía hacia el puente Francis Scott Key.
En unos 90 segundos, los agentes de policía respondieron que habían conseguido frenar el tráfico rodado sobre el puente en ambas direcciones. Uno de ellos dijo que estaba a punto de acercarse para alertar a un equipo de construcción.
Pero ya era demasiado tarde. Sin gobierno y cargado con grandes contenedores, el buque se estrelló contra uno de los pilares.
“Todo el puente acaba de caer”, dijo un frenético agente. “(...) A quien sea, a todo el mundo... todo el puente acaba de colapsar”.
Cuando el portacontenedores Dalí se estrelló contra el pilar alrededor a la 01:30 de la madrugada, hizo que un largo tramo del puente — una pieza clave en la infraestructura de transporte de la región — se desplomara sobre el río Patapsco. Se cree que seis personas han muerto y se espera que la pérdida del puente altere el tránsito en la zona y la actividad de un puerto comercial vital.
Al menos ocho personas cayeron al agua. Dos sobrevivieron y los otras seis, todas identificadas como parte de un equipos de construcción que estaba rellenando baches en la calzada, están desaparecidas. Está previsto que la operación de búsqueda se reanude el miércoles por la mañana.
Entre los desaparecidos hay guatemaltecos, hondureños y mexicanos, dijeron diplomáticos de los tres países. El hondureño fue identificado como Maynor Yassir Suazo Sandoval.
Funcionarios federales y estatales indicaron que el siniestro parecía ser un incidente. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte está investigando lo ocurrido, y las llegadas y salidas de embarcaciones del puerto de Baltimore quedaron suspendidas indefinidamente.
El capitán Michael Burns Jr., del Maritime Center for Responsible Energy, apuntó que llevar un barco a puerto y sacarlo en aguas restringidas con un margen de maniobra limitado es “una de las cosas técnicamente más difíciles y exigentes que hacemos”.
“Hay realmente pocas cosas que den más miedo que la pérdida de potencia en aguas restringidas”, afirmó. Y cuando una barco pierde la propulsión y el gobierno, “queda realmente a merced del viento y la corriente”.
Un video mostró al buque desplazándose a una velocidad, que según el gobernador, Wes Moore, era de unos 8 nudos — aproximadamente 15 kilómetros por hora (9 millas por hora) — hacia el puente de 2.6 kms (1.6 millas) de largo. En ese momento todavía había tráfico cruzando el puente, y algunos vehículos parecieron escapar de la tragedia por apenas unos segundos. El impacto hizo que la estructura se quebrase y cayese al agua en cuestión de segundos, y los restos podían verse sobresaliendo en el río más tarde en el día.
La policía apuntó que no hay evidencia de que nadie más cayese al mar además de los trabajadores, aunque no se descartó la posibilidad.
Un ejecutivo de la empresa que empleaba a los desaparecidos, Brawner Builders, explicó que en el momento del derrumbe estaban trabajando en el centro del puente.
“Esto era completamente imprevisto”, dijo Jeffrey Pritzker, vicepresidente ejecutivo de la empresa. “No sabemos qué más decir. Estamos muy orgullosos de la seguridad, y tenemos conos, letreros, luces, barreras y señalizadores”.
Jesús Campos, quien ha trabajado en el puente para Brawner Builders y conoce a miembros de la cuadrilla, relató que le dijeron que estaban en un descanso y que algunos estaban sentados en sus camiones cuando el puente se vino abajo.
“Sé que hace un mes yo estaba allí, y sé lo que se siente cuando pasan los camiones”, comentó. “Imagínate saber que se está cayendo. Es tan duro que uno no sabría qué hacer”.
El padre Ako Walker, un sacerdote católico en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, dijo que pasó tiempo con los familiares de los trabajadores desaparecidos mientras esperaban noticias de sus seres queridos.
“Se puede ver el dolor en sus rostros”, indicó.
Los rescatistas sacaron a dos personas del agua. y una de ellas fue atendida en un hospital y dada de alta horas después.
El accidente ocurrió mucho antes de la ajetreada hora pico de la mañana en el puente, que el año pasado fue utilizado por 12 millones de vehículos.
Entre 1960 y 2015, se produjeron 35 grandes derrumbes de puentes en todo el mundo por colisión de barcos o barcazas, según la Asociación Mundial de Infraestructura de Transporte Acuático.
Es casi seguro que el incidente del martes provocará una pesadilla logística en la Costa Este estadounidense durante meses, o tal vez años, al cerrar el tráfico marítimo en el puerto de Baltimore, un importante centro de distribución.
Suspenden tráfico marítimo tras caída del puente Baltimore
El secretario estatal de Transporte, Paul Wiedefeld, dijo que el tráfico marítimo de entrada y salida al puerto quedó suspendido hasta nuevo aviso, aunque los camiones podrán seguir accediendo a la infraestructura.
“Perder este puente devastará toda la región, así como a toda la Costa Este”, dijo el senador estatal de Johnny Ray Salling.
Por su parte, el secretario federal de Transporte, Pete Buttigieg, apuntó que era demasiado pronto para ofrecer una estimación del tiempo que tomará despejar el canal, que tiene unos 15 metros (50 pies) de profundidad. El presidente, Joe Biden, indicó que tiene previsto viajar a Baltimore pronto y que espera que el gobierno federal asuma el costo total de la reconstrucción.
Synergy Marine Group — la empresa administradora de la embarcación — dijo que el impacto se produjo mientras estaba bajo el control de uno o más pilotos, que son especialistas locales que ayudan a guiar a los barcos para su entrada y salida segura de los puertos. Uno de los tripulantes fue atendido en un hospital por una herida leve, agregó en un comunicado el miércoles.
El buque es propiedad de Grace Ocean Private Ltd. y el gigante naviero danés Maersk dijo que lo había fletado.
El Dalí, de 300 metros (985 pies) de largo, se dirigía desde Baltimore a Colombo, Sri Lanka, y navega con bandera de Singapur, según datos de Marine Traffic.
El portacontenedores había superado inspecciones portuarias en junio y septiembre de 2023. En la primera, se rectificó un medidor de presión de combustible defectuoso antes de zarpar, indicó la autoridad portuaria de Singapur en un comunicado el miércoles.