El presidente Joe Biden y el líder chino Xi Jinping hablaron por teléfono este martes, en su primera comunicación desde su reunión en California en noviembre pasado.
Los líderes de las dos economías más grandes del mundo han logrado mantener una cierta estabilidad diplomática a pesar de las profundas sospechas mutuas entre sus países y mientras sus gobiernos aplican controles, sanciones y aranceles a las exportaciones.
Al mismo tiempo, han buscado puntos en común en cuestiones que incluyen los riesgos que plantea la inteligencia artificial y la lucha contra drogas ilícitas como el fentanilo.
Se esperaba que Biden presionara a Xi en los esfuerzos antinarcóticos y al mismo tiempo abordara los avances logrados desde noviembre en medidas para restringir e interrumpir el flujo de algunos precursores químicos para fabricar drogas sintéticas, según un alto funcionario de la administración que informó a los periodistas.
Biden también iba a reiterar a Xi que China debería usar su influencia con Rusia e Irán para mejorar la estabilidad, tanto en torno a la guerra en Ucrania como en medio de la agitación en el Medio Oriente, comentó la fuente.
¿En qué contexto se da la llamada entre Biden y Xi Jinping?
Los dos líderes acordaron en noviembre mantener comunicaciones más regulares, ya que había pasado un año desde sus anteriores conversaciones en medio de tensiones que incluyeron el vuelo de un globo chino a través de Estados Unidos.
Biden enfrenta una campaña de reelección contra Donald Trump, quien inició una guerra comercial contra China después de asumir el cargo y propone un arancel de 60 por ciento sobre todas las importaciones chinas si regresa al poder.
La llamada se produce mientras Estados Unidos sopesa una decisión final sobre su revisión de los aranceles a China, que se espera incluya algunos impuestos nuevos, como los aplicados a los vehículos conectados. La Casa Blanca no ha dicho cuándo hará su anuncio arancelario.
Xi ha tratado de mantener bajas las tensiones mientras busca revivir una economía en dificultades, y celebró una reunión de último minuto la semana pasada con líderes empresariales estadounidenses en Beijing, incluidos Stephen Schwarzman de Blackstone y Cristiano Amon de Qualcomm.
Xi Jinping aifmró que la economía de China no ha llegado a su punto máximo, al tiempo que pidió a las empresas estadounidenses que inviertan en su nación, diciendo que no ve la necesidad de que Washington y Beijing se desvinculen, informó Bloomberg la semana pasada.
China vs. EU: Estas son algunas de sus tensiones
La parte estadounidense preparó una larga lista de otros temas bilaterales e internacionales para que Biden los discuta con Xi: la ciberseguridad y la necesidad de Estados Unidos de evitar que las tecnologías avanzadas socaven la seguridad nacional; preocupaciones sobre la autonomía de Hong Kong; un llamado a China para que libere a los estadounidenses detenidos injustamente; y preocupaciones sobre la posible interferencia china en las elecciones generales de Estados Unidos.
Los planes para una llamada entre Biden y Xi se aceleraron cuando el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, se reunió con su homólogo chino, el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, en Bangkok a finales de enero. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, visitará Beijing en los próximos días, y el secretario de Estado, Antony Blinken, lo hará en las próximas semanas, dijo el funcionario.
Yellen pasará dos días en el centro comercial y manufacturero del sur de Guangzhou a partir del 5 de abril antes de viajar a Beijing para dos días más de conversaciones, anunció el Departamento del Tesoro este martes.
En los últimos meses, la administración Biden ha implementado una serie de medidas destinadas a contrarrestar a China. Incluyen una amplia orden ejecutiva sobre seguridad de datos que pretende cortar las transacciones que involucran datos personales altamente sensibles de los estadounidenses de países de interés, sin nombrar directamente a China; una investigación del Departamento de Comercio que podría derivar en restricciones a las importaciones de vehículos eléctricos chinos; y una orden ejecutiva para reforzar la ciberseguridad y mitigar el riesgo de grúas de fabricación china en los puertos estadounidenses.
El equipo de Biden también debe informar sobre si cambiará los aranceles de la era Trump sobre China y cómo lo hará; los analistas apuestan a que, en general, muchos se mantendrán, especialmente en un año electoral.