Las catastróficas inundaciones provocadas por las lluvias torrenciales en Brasil continúan paralizando a la zona sur, una situación que afecta cuatro quintas partes del estado y representa el hogar de 11 millones de personas. Y desafortunadamente los esfuerzos de recuperación se podrían complicar ya que las lluvias continuarán.
Hasta la tarde del pasado martes, un total de 95 personas había muerto, 131 personas estaban desaparecidas y 159 mil habían sido desplazadas, así lo informó el gobierno estatal. Mientras que 1.5 millones de residentes en Brasil se han visto afectados de algún otra manera por las lluvias.
Muchas carreteras localizadas alrededor del estado son intransitables, situación que dificulta el acceso a los pueblos y ciudades más pequeños. Ante dicha situación, las autoridades han comenzado a utilizar aviones para distribuir alimentos e insumos médicos.
La empresa de servicios públicos de agua Corsan indicó que una quinta parte de sus millones de clientes en Río Grande do Sul no tienen suministro de agua corriente. Además, los servicios de energía, telefonía e internet bien funcionan en decenas de municipios.
Porto Alegre, la capital del estado y su ciudad más grande, resultó inundada por el desbordamiento de lago Guaíba, que se elevó a un nivel recordó mayor a los 2 metros.
Por otro lado, el Aeropuerto Internacional Salgado Filho de Porto Alegre, lugar que suele tener entre 120 y 140 vuelos diarios, ha permanecido cerrado desde el pasado 3 de mayo. Desafortunadamente no se tiene ‘ningún pronóstico de reanudación de las operaciones’, así lo advirtió la empresa que dirige el aeropuerto.
Hasta el momento es imposible evaluar el impacto total de las inundaciones y los fondos que se necesitarán para la recuperación y la reconstrucción, debido a que el nivel de las inundaciones no ha disminuido, así lo explicó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que ha visitado el estado con miembros de su gabinete.
“La dificultad inicial es que ningún alcalde, ni el gobernador [del estado], es consciente del daño que se ha hecho”, dijo. La situación solo se aclarará “cuando el agua baje y veamos lo que realmente sucedió”.
Por su parte, la ministra de Planificación de Brasil, Simone Tebet, dijo que el gobierno ofrecerá crédito barato y ayuda a las familias y empresas para ayudarlas a reconstruir, y que buscará proporcionar alivio de la deuda al gobierno de Rio Grande do Sul para facilitar la reconstrucción de las carreteras y la infraestructura.
Eduardo Leite, gobernador de Rio Grande do Sul, señaló que una masa de aire frío podría traer nuevas tormentas para Brasil. Por lo que es muy probable que las temperaturas comiencen a descender y las fuertes lluvias volverán a algunas partes del estado a finales de la semana.
“No es hora de volver a casa. La proyección es que las lluvias pueden generar fuertes inundaciones”, dijo Leite en una conferencia de prensa.
El general del ejército Hertz Pires do Nascimento dijo que está particularmente preocupado por el bienestar de los residentes de los municipios de Jaguarão, Río Grande y Pelotas, con más lluvia prevista, y que pueden ser necesarios rescates de helicópteros allí.
¿Qué factor provocó las intensas lluvias en Brasil?
Río Grande do Sul es una parte lluviosa del mundo, y varios factores probablemente contribuyeron a la gravedad de las inundaciones en Brasil.
Las intensas lluvias recientes fueron el resultado de un bloqueo atmosférico en la región central de Brasil y una masa de aire polar que provino de Argentina y Uruguay, además del fenómeno El Ninõ, dijo Marco Antonio dos Santos, agrometeorólogo de Rural Clima, una empresa de pronósticos.
El Niño es lo que los meteorólogos llaman el calentamiento ocasional del Pacífico ecuatorial oriental que tiene consecuencias climáticas globales. Cuando esas condiciones están en su lugar, como lo han estado desde junio pasado, el sur y el suroeste de Brasil puede ver temperaturas más altas y lluvias más intensas.
Pero el momento de este diluvio fue inusual, dijo Andrew Kruczkiewicz, asesor científico del Centro Climático de la Cruz Roja de la Media Luna Roja y asociado del personal sénior de la escuela de clima de la Universidad de Columbia. Es más probable que El Niño intensifique las tormentas en la región de septiembre a enero.
“En las áreas donde tenemos lluvias todos los meses, o digamos durante todo el año, la teleconexión de El Niño es un poco más complicada de desempacar”, dijo.
También es probable que el cambio climático haya tenido alguna influencia. La atmósfera se ha calentado alrededor de 1.3 grados centígrados desde los tiempos preindustriales. A medida que el aire se calienta, la cantidad de vapor de agua que puede contener también aumenta, alrededor de un 7 por ciento más de agua por cada grado. Eso significa mayores precipitaciones en muchos lugares.
Recientemente se descubrió que El Niño había contribuido a los bajos niveles de agua en el Canal de Panamá y, en combinación con el cambio climático, había empeorado las inundaciones catastróficas en Dubai y los Emiratos Árabes Unidos.
Si bien El Niño y el calentamiento planetario son fundamentales para comprender las inundaciones, “lo primero y más importante es el cambio climático”, dijo Michael McPhaden, científico senior del Laboratorio Ambiental Marino del Pacífico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos.
“Los seres humanos están vertiendo cada vez más gases que capturan el calor en la atmósfera”, dijo McPhaden. “Y esto está llevando no solo al aumento de las temperaturas globales, sino también a eventos climáticos más extremos, lluvias más extremas, sequías más extremas”.
Desenredar las principales influencias en las inundaciones de Rio Grande do Sul llevará algún tiempo, ya que los expertos en atribución climática evalúan el desastre. Kruczkiewiecz dijo que tratará de entender mejor cuánto de las inundaciones en Porto Alegre vinieron de las lluvias urbanas, y cuánto de las inundaciones de los ríos que ocurrieron a decenas o cientos de millas río arriba.
“Estamos viendo más situaciones en las que estamos teniendo combinados, diferentes tipos de inundaciones que ocurren al mismo tiempo”, dijo. Llamó a esto “una preocupación cada vez mayor”, particularmente para las áreas metropolitanas en crecimiento, como el gran Porto Alegre.
La noche del pasado martes, Leite dijo que el gobierno estatal está empezando a diseñar un plan de vivienda para albergar a las familias que lo han perdido todo. El estado ha pedido al gobierno federal que preste personal de seguridad nacional y vehículos para hacer frente a un brote de saco y otros delitos.
Cada vez que la crisis inmediata se disipe, los funcionarios también mirarán hacia atrás para ver cómo se podrían mejorar los sistemas de emergencia para minimizar las pérdidas cuando vuelvan las lluvias.