El presidente Javier Milei exhibió billetes de cien dólares con su cara durante la campaña electoral, pero de repente los argentinos necesitan pesos más que nunca gracias a su plan económico.
Ahora hay más gente que vende parte de sus ahorros en dólares a cambio de pesos para llegar a fin de mes, que los que compran billetes verdes. La abrupta reactivación de la demanda de la moneda propensa a la crisis es una consecuencia inesperada de las políticas de terapia de shock que Milei aplicó tras asumir el cargo el 10 de diciembre.
¿Cómo se ha comportado la compra y venta de divisas en Argentina?
Unos 208 mil argentinos vendieron divisas a través de canales oficiales en abril, según datos del banco central publicados el viernes, mientras que 51 mil compraron dólares u otras monedas fuertes.
Esto se basa en una tendencia que comenzó en enero y marca la primera reversión de compradores y vendedores desde al menos 2018.
En noviembre, el mes previo a la toma de posesión de Milei, 789 mil argentinos compraron divisas, mientras solo 114 mil vendieron dólares.
Las cifras son solo una pequeña parte de la imagen real, ya que millones de argentinos intercambian pesos y dólares en el vasto mercado negro, así como a través de transacciones financieras legales.
La necesidad de pesos surge de la decisión de Milei de abandonar los controles de precios, pero mantener un estricto control del peso, lo que en última instancia reduce el poder adquisitivo de los argentinos.
Los precios fueron reprimidos por los predecesores del presidente debido a miles de controles impuestos por el Gobierno que el libertario inmediatamente comenzó a abandonar.
Si bien los precios han subido más del 100 por ciento desde que asumió el cargo, el peso solo se ha depreciado un 59 por ciento durante ese período.
Ese desajuste hace que los productos básicos diarios sean costosos en términos de dólares a medida que los ingresos locales se han desplomado, lo que ha obligado a los argentinos a sacar a relucir sus ahorros en dólares para pagar las facturas mensuales.
Milei y su equipo económico han negado reiteradamente que el peso esté sobrevaluado y que planean acelerar el ritmo de su devaluación para alcanzar la inflación. En cambio, argumentan que las empresas necesitan reducir los precios.
El presidente todavía promete implementar una “competencia de monedas” donde el dólar de Estados Unidos y el peso coexistirán como formas de moneda de curso legal. También dice que eventualmente cumplirá su promesa de cerrar por completo el banco central.