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Javier Milei ‘empobrece’ a Argentina: Terapia de ‘shock’ dispara desigualdad en salarios

Expertos se cuestionan cuánto dolor pueden soportar los argentinos mientras Javier Milei intenta estabilizar la economía que es clave para mantener sus índices de aprobación.

La drástica reforma económica del presidente Javier Milei ha disparado la desigualdad de ingresos en Argentina, poniendo a prueba hasta dónde pueden soportar sus electores su “terapia de shock”.

Según los últimos datos disponibles, los salarios de la numerosa fuerza laboral informal del país aumentaron un 136 por ciento interanual en abril, casi la mitad de la tasa de crecimiento del 248 por ciento registrada entre los trabajadores asalariados del sector privado formal.

Los sueldos de ambos sectores no solo son incapaces de seguir el ritmo de una inflación del 272 por ciento anual, sino que están agravando la disparidad de ingresos en una nación donde el 42 por ciento de su población ya vivía en la pobreza el año pasado.

“He tenido que suprimir muchos gastos”, señala Valeria Verín, masajista profesional independiente que votó por Milei el año pasado sabiendo que sus políticas de austeridad afectarían sus ingresos. “Tendré que dedicarme a otra actividad que no sé cuál sería porque no tengo un plan B. Nunca necesité un plan B”.

Trabajadora informal desde hace mucho tiempo, Verín aún apoya a Milei y mantiene la esperanza de que pueda traer los cambios económicos que Argentina necesita. Pero sabe que se avecinan decisiones difíciles si la economía no se recupera pronto.

‘El salario subió, pero no al nivel de la inflación’, acusan argentinos

Verín, de 46 años y que vive en Wilde, una localidad de clase trabajadora a 20 minutos en tren al sur de Buenos Aires, actualmente gana unos 600 mil pesos (650 dólares) al mes, frente a los 500 mil pesos que recibía en diciembre, cuando Milei asumió el cargo. Aunque la cifra está por encima del umbral de pobreza argentino —una cesta básica de bienes y servicios definida por el Gobierno—, los precios han subido más de un 100 por ciento desde diciembre, mientras que los ingresos de Verín solo han aumentado un 20 por ciento.

Ha dejado de ahorrar y ha suprimido las vacaciones y las salidas nocturnas. También trabaja como camarera en eventos algunos fines de semana y da clases particulares a niños de secundaria para compensar la fuertes disminución de las horas para masajes, una consecuencia de la reducción del poder adquisitivo y del ingreso disponible de los argentinos.

“Lamentablemente, hasta tuve que dejar algo tan simple como es ir a la peluquería”, añade Verín, quien ahora se tiñe el pelo en casa.

El panorama es aún más sombrío para los salarios si se ajustan a la inflación: los ingresos de los trabajadores informales, que normalmente ganan sueldos más bajos, se desplomaron un 22 por ciento anual en el primer trimestre de este año, frente al caída del 14 por ciento en el caso de los trabajadores formales, según la consultora Equilibra, con sede en Buenos Aires.

El coeficiente de Gini, una medida global de la desigualdad de ingresos, se disparó a principios de 2024 a su nivel más alto desde 2005, cuando Argentina se recuperaba de una de sus peores crisis, según datos del Banco Mundial y de la consultora bonaerense Suramericana Visión, dirigida por el ex ministro de Economía Martín Guzmán.

“El enfoque adoptado para abordar los desequilibrios fiscales y macroeconómicos es altamente regresivo”, señaló Guzmán, quien suele criticar las políticas de Milei. “No sorprende ver el brutal aumento de la desigualdad de ingresos en el primer trimestre del año”.

Sin duda, América Latina ha sido durante mucho tiempo la región más desigual del mundo y la disparidad salarial ha empeorado bajo todo tipo de Gobiernos argentinos. Además de las políticas económicas de Milei, hay muchos otros factores que influyen en los aumentos salariales, aunque son una fuerza dominante. Milei también advirtió a los argentinos que el comienzo sería duro.

Cuánto dolor pueden soportar los argentinos mientras Milei intenta estabilizar la economía es clave para mantener sus índices de aprobación, que se ubican en niveles sorprendentemente altos superiores al 50 por ciento. Esto le ha permitido gobernar con un partido minoritario y ganarse la aprobación de los inversores.

Las medidas más importantes de Milei —eliminar los controles de precios y devaluar el peso— compensan con creces la ayuda federal que otorgó a las familias de ingresos bajos para mitigar el impacto de sus recortes en la financiación de obras públicas, la seguridad social y los salarios de los empleados públicos.

Los dirigentes políticos están poniendo a Milei sobre aviso. Su aliado más poderoso en Argentina, el expresidente Mauricio Macri, exigió a Milei la devolución de fondos federales adeudados al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, poniendo de relieve los sacrificios que están haciendo los argentinos. El gobernador de la provincia de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, también llamó a Milei por su nombre en un acto celebrado a fines de junio y lo instó a reanudar el gasto en obras públicas.

En la misa católica del 9 de julio, Día de la Independencia, el arzobispo Jorge García Cuerva envió un claro mensaje a Milei.

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