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Estados Unidos y Rusia completan canje de prisioneros: Es el más grande de la era postsoviética

En uno de los peores momentos en la historia de Estados Unidos y Rusia, los gobiernos lograron la liberación de presos más grande en décadas.

Los presos estadounidenses que estuvieron en Rusia eran en su mayoría periodistas o activistas. (AP)

Estados Unidos y Rusia completaron el jueves su mayor canje de reos en la era postsoviética, en el que Moscú liberó a los estadounidenses Evan Gershkovich y Paul Whelan, junto con disidentes como Vladimir Kara-Murza, en un acuerdo multinacional que involucró a dos docenas de personas.

Gershkovich, Whelan y Alsu Kurmasheva, una periodista con doble nacionalidad estadounidense y rusa, llegaron a suelo estadounidense poco antes de medianoche para reunirse con sus familias. El presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris también estuvieron allí para saludarles.

El intercambio se produjo a pesar de que las relaciones entre Washington y Moscú se encuentran en su peor momento desde la Guerra Fría a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania iniciada en febrero de 2022. En un momento dado, en las negociaciones realizadas en secreto, se exploró un intercambio en el que participaría el líder opositor ruso Alexei Navalny, pero tras su muerte en febrero, se terminó logrando un acuerdo para 24 personas que requirió importantes concesiones de aliados europeos, entre ellas, la liberación de un asesino ruso, y garantizar la libertad de varios periodistas, presuntos espías, presos políticos y otros.

Biden elogió el intercambio —que es, por mucho, el más grande en una serie de intercambios recientes con Rusia—, calificándolo como una hazaña diplomática mientras daba la bienvenida a la Casa Blanca a los familiares de los estadounidenses excarcelados. Pero el acuerdo, al igual que otros realizados anteriormente, reflejó desequilibrio: Estados Unidos y sus aliados devolvieron a rusos acusados o condenados por crímenes graves a cambio de que Rusia liberara a periodistas, disidentes y otras personas presas por el muy politizado sistema legal ruso, por acusaciones consideradas por Occidente como fabricadas.


“Acuerdos como este conllevan decisiones difíciles”, dijo Biden, pero agregó: “No hay nada que me importe más que proteger a los estadounidenses en el país y en el extranjero”.

Según el acuerdo, Rusia liberó a Gershkovich, un reportero de The Wall Street Journal que fue encarcelado el año pasado y condenado en julio por cargos de espionaje que él y Estados Unidos negaron. Emma Tucker, editora en jefe del diario, dijo que era “un día de alegría”.

“Mientras esperábamos este importante día, estábamos decididos a ser tan vehementes como pudiéramos a nombre de Evan. Estamos muy agradecidos por todas las voces que se levantaron cuando la suya callaba. Podemos decir finalmente, al unísono, “Bienvenido a casa, Evan”, escribió en una carta publicada en línea.

Otro de los liberados fue Whelan, un ejecutivo de seguridad corporativa de Michigan encarcelado desde 2018, también por cargos de espionaje que él y Washington han negado; y Kurmasheva, una periodista de Radio Free Europe/Radio Liberty condenada en julio por difundir información falsa sobre el ejército ruso, acusaciones que su familia y su empleador han refutado.


Entre los disidentes liberados se encuentran Kara-Murza, un crítico del Kremlin y escritor ganador del Premio Pulitzer sentenciado a 25 años de prisión por cargos de traición que muchos consideraban tenían motivos políticos, así como varios socios de Navalny. Otros críticos del Kremlin liberados fueron Oleg Orlov, veterano activista de derechos humanos, condenado por desacreditar al ejército ruso, e Ilya Yashin, disidente encarcelado por criticar la guerra en Ucrania.

Rusia obtuvo la liberación de Vadim Krasikov, quien fue declarado culpable en Alemania en 2021 y sentenciado a prisión perpetua por matar a un exrebelde checheno en un parque de Berlín dos años antes, aparentemente por orden de los servicios de seguridad de Moscú. En el curso de las negociaciones, Moscú había presionado persistentemente por su liberación, y fue el propio presidente ruso Vladímir Putin quien la planteó.

Al momento de la muerte de Navalny, las autoridades hablaban sobre un posible intercambio en el que participara Krasikov. Pero cuando desapareció esa posibilidad, funcionarios estadounidenses de alto nivel volvieron a presionar a Alemania para liberar a Krasikov. Al final, un puñado de los prisioneros liberados por Rusia eran ciudadanos alemanes o personas con doble nacionalidad rusa y alemana.

Rusia también recibió a dos presuntos agentes que fueron encarcelados en Eslovenia, así como a tres hombres acusados por las autoridades federales en Estados Unidos, entre ellos Roman Seleznev, un hacker informático convicto e hijo de un legislador ruso, y Vadim Konoshchenok, un presunto agente de inteligencia ruso acusado de proporcionar productos electrónicos y municiones de fabricación estadounidense al ejército ruso. Noruega devolvió a un académico arrestado bajo sospecha de ser un espía ruso, y Polonia también devolvió a un hombre que había detenido tras acusarlo de espionaje.

“El día de hoy es un poderoso ejemplo de por qué es vital tener amigos en este mundo”, dijo Biden.

En total, seis países liberaron a por lo menos un prisionero, mientras que un séptimo, Turquía, participó como sede del intercambio, realizado en Ankara.

Biden puso la liberación de estadounidenses que considera detenidos injustamente en el extranjero en la cima de su agenda de política exterior en los últimos meses de su mandato. En un discurso pronunciado en el Despacho Oval para hablar de su decisión de no ir por un segundo mandato, Biden dijo que “también trabajamos las 24 horas para traer a Estados Unidos a los estadounidenses encarcelados injustamente en todo el mundo”.

En un momento dado, el jueves, tomó la mano de la hermana de Whelan, Elizabeth, y dijo que prácticamente había vivido en la Casa Blanca mientras trataba de liberar a Paul. Luego, le pidió a la hija de Kurmasheva, Miriam, que se acercara y le tomó la mano, diciendo a la sala que era su cumpleaños número 13. Pidió a todos que cantaran “Feliz cumpleaños” con él. Ella se enjugó las lágrimas.

El gobierno de Biden ha devuelto al país a más de 70 estadounidenses detenidos en otros países como parte de acuerdos que han exigido que Estados Unidos entregue a una amplia variedad de criminales convictos, incluso por delitos relacionados con drogas y armas. Los intercambios, aunque fueron celebrados con bombo y platillo, han suscitado críticas de que incentivan la futura toma de rehenes y dan ventaja a los adversarios sobre Estados Unidos y sus aliados.

Tucker, la editora en jefe del WSJ, reconoció el debate y escribió en una carta: “Sabemos que el gobierno estadounidense está muy consciente, como nosotros, de que la única forma de evitar un ciclo cada vez más rápido de arrestos de inocentes como peones en cínicos juegos geopolíticos es eliminar el incentivo para Rusia y otras naciones que persiguen la misma práctica detestable”.

Aunque hizo un llamado a un cambio en la dinámica, “por ahora celebramos el regreso de Evan”, agregó.

El intercambio de 24 prisioneros del jueves superó un acuerdo que involucró a 14 personas logrado en 2010. En ese canje, Washington liberó a 10 rusos que vivían en Estados Unidos como durmientes, y Moscú deportó a cuatro rusos, incluyendo a Sergei Skripal, un agente doble que trabajaba con la inteligencia británica. En 2018, él y su hija casi murieron en el Reino Unido por envenenamiento con un agente neurotóxico atribuido a agentes rusos.

Las especulaciones sobre un posible canje de reos habían aumentado por semanas debido a una confluencia de acontecimientos inusuales, incluyendo un juicio sorprendentemente rápido y una condena para Gershkovich que Washington consideraba una farsa. Fue sentenciado a pasar 16 años de prisión en un reclusorio de máxima seguridad.

En un juicio que concluyó en dos días en secreto la misma semana que el de Gershkovich, Kurmasheva fue condenada por cargos de difundir información falsa sobre el ejército ruso que su familia, su empleador y funcionarios estadounidenses rechazaron.

También en los últimos días, otras figuras encarceladas en Rusia por pronunciarse contra la guerra en Ucrania o por trabajar con el difunto líder opositor Alexei Navalny, fueron trasladadas de la prisión a ubicaciones desconocidas.

Gershkovich fue arrestado el 29 de marzo de año pasado en un viaje periodístico a la ciudad de Ekaterimburgo, en los montes Urales. Las autoridades afirmaron, sin presentar pruebas, que el periodista recopilaba información secreta para Estados Unidos. Hijo de inmigrantes soviéticos establecidos en Nueva Jersey, Gershkovich se mudó a Rusia en 2017 para trabajar para el diario The Moscow Times antes de ser contratado por el WSJ en 2022.

Gershkovich fue designado por Estados Unidos como detenido injustamente, al igual que Whelan, que fue detenido en diciembre de 2018 tras viajar a Rusia para una boda.

Whelan fue declarado culpable por cargos de espionaje que, según él y Estados Unidos, son falsos e inventados, y cumplía una sentencia de 16 años en prisión.

Whelan había sido excluido de acuerdos anteriores en los que participaba Rusia, entre ellos, el intercambio establecido en 2022 por Moscú del veterano encarcelado Trevor Reed por Konstantin Yarosenko, un piloto ruso acusado en una trama de narcotráfico. En diciembre de ese año, Estados Unidos liberó al famoso traficante de armas Viktor Bout a cambio de la estrella de la WNBA, Brittney Griner, encarcelada por acusaciones de drogas.

“Paul Wheelan está libre. Nuestra familia agradece al gobierno de Estados Unidos por hacer realidad la liberación de Paul”, dijo su familia en un comunicado.

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