El expresidente estadounidense y candidato republicano, Donald Trump, celebró este miércoles su primer mitin al aire libre desde el disparo que vivió en julio pasado. En esta ocasión, hubo seguridad reforzada.
El escenario elegido fue la ciudad de Asheboro, en el estado clave de Carolina del Norte y donde Trump estuvo protegido por láminas de cristales antibalas.
El acto estuvo centrado en la seguridad nacional y lo aprovechó para alegar que Estados Unidos era más fuerte bajo su mandato y para subrayar que guerras como la de Ucrania no habrían sucedido de seguir él en el poder: “Mi actitud nos mantenía fuera de las guerras. Yo paraba guerras con llamadas de teléfono”, dijo.
Trump repitió su denuncia de que el actual presidente, Joe Biden, y la vicepresidenta, Kamala Harris, “nos están llevando al precipicio de la III Guerra Mundial”. Él, según afirmó, “devolverá la paz al mundo”.
El magnate neoyorquino, de 78 años, resultó herido en una oreja el pasado 13 de julio después de que un joven le disparara en un mitin en Butler (Pensilvania). El agresor se encontraba en un tejado de fuera del recinto y antes de ser abatido por las fuerzas del orden mató a una persona del público e hirió a otras dos.
La entonces directora del Servicio Secreto estadounidense, Kimberly Cheatle, acabó dimitiendo diez días después por los errores en la seguridad en ese encuentro y después de haber afirmado que ese intento de asesinato supuso el “mayor fallo operativo” de la agencia “en décadas”.
La semana pasada se supo que el Servicio Secreto ha aprobado un plan para incrementar la seguridad de Trump que incluye el uso de pantallas de vidrio blindado. Normalmente esas láminas a prueba de balas solo se proporcionan a los presidentes y vicepresidentes cuando se considera necesario en apariciones al aire libre.
La aparición de Trump de este miércoles, la primera que tiene lugar con ese nuevo dispositivo, se enmarca en una intensa semana de campaña en la que él y su candidato a vicepresidente, el senador JD Vance, intentan contrarrestar el foco mediático que se cierne sobre la Convención Nacional Demócrata de Chicago, que ha oficializado la candidatura de Harris a la Casa Blanca.
Trump y su equipo acudirán estos días a cuatro de los estados clave como Pensilvania, Míchigan, Carolina del Norte o Arizona, centrándose en cuestiones cruciales para los conservadores de cara a las presidenciales del 5 de noviembre, como la inmigración, la seguridad o la economía.