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Elecciones presidenciales en EU: ¿Por qué solo hay dos partidos políticos oficiales?

Son varios factores que explican el dominio del Partido Republicano y Demócrata en la política de EU, pero la principal razón está en sistema del proceso electoral.

Desde 1852, con la elección de Franklin Pierce, el máximo representante de los Estados ha salido del Partido Republicano y del Partido Demócrata [Fotografía. Rokas Tenys/Shutterstock.com]

Estados Unidos se ha caracterizado por ser ‘el país de la libertades’ y de la pluralidad, pero la conformación de su política cae en una paradoja donde sólo hay dos partidos políticos que dominan la toma de decisiones y existen escasas ‘terceras vías’.

El partido Republicano y el Demócrata, desde 1852, con la elección de Franklin Pierce, el máximo representante estadounidense ha salido de estas dos fuerzas políticas.

Aunque su participación es prácticamente nula, existen otros partidos, conocidos como ‘third parties’, y que incluso llegan a presentar su candidatura en las elecciones presidenciales. Por ejemplo, en las elecciones del 2020, cuando Joe Biden consiguió vencer a Donald Trump, se presentaron a la contienda la candidata Jo Jorgensen, del Partido Libertario, y Howie Hawkins, como representante del Partido Verde.

Las bases de las elecciones presidenciales en EU se formaron en 1796, pero no fue hasta la Guerra Civil de 1861-1865 que provocó una clara división regional en el norte y sur de los Estados Unidos. Además la elección de Abraham Lincoln en 1860, como primer presidente republicano, y la lucha por abolición de la esclavitud, fueron los principales factores claves para consolidar el sistema bipartidista.

Sistema electoral de EU impide surgimiento de otros partidos políticos

Además de las explicaciones históricas que provocaron una división política, también su sistema electoral es un gran factor de que los demócratas y republicanos se dividan el poder en los Estados Unidos.

En la Unión Americana predomina la elección indirecta, donde los colegios electorales son los que determinan elegir por un candidato u otro. En otros países gana quien reciba más votos de la población, pero en Estados Unidos existe la posibilidad de que un candidato pierda por la vía del voto popular, pero obtenga el triunfo por el voto del Colegio Electoral.


Para ser electo como presidente de Estados Unidos, el candidato debe obtener 270 votos de los colegios electorales, de un total de 538. Cada entidad tiene un determinado número de votos colegiales, el candidato que obtenga más votos en cada estado se lleva todos los votos del estado.

Este proceso electoral provoca que se anulen los apoyos a otras fuerzas políticas. Además los dos principales partidos tienen amplias ventaja en cuanto al financiamiento de campañas y además de que las leyes electorales imponen muchas restricciones a terceras fuerzas políticas para colocarlos en las boletas electorales.

Leyes y cultura electoral dificulta a otros partidos políticos

Una investigación de The Conversation indica que las demás alternativas políticas tienen pocas posibilidades de acceder a los fondos públicos y atraer a grandes donadores para financiar sus campañas políticas, ya que se concentran los esfuerzos por aquellos candidatos con altas expectativas de ganar.

Un ejemplo es Robert F. Kennedy Jr., sobrino de John F. Kennedy, quién decidió participar en las elecciones de este año, pero a falta de financiamiento y apoyo declinó su candidatura.

Además de que existe un gran arraigo cultural en la nación norteamericana por elegir entre demócratas y republicanos, lo que dificulta que otras alternativas políticas pueda impregnar en la sociedad estadounidense.

Una parte de la población suele votar por los ‘third parties’ para ‘castigar’ a los principales partidos, pero difícilmente tienen un cambio significativo en las decisiones políticas.

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