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La ‘motosierra’ de Javier Milei hunde a los argentinos: Más de la mitad cayeron en pobreza

La tasa de pobreza en Argentina se ubicó por encima del 50% luego de las políticas de disciplina fiscal aplicadas por Javier Milei.

La tasa de pobreza en Argentina se ubicó por encima del 50% en el primer semestre del 2024, en Argentina. (EFE)

La tasa de pobreza en Argentina alcanzó el 52.9 por ciento en el primer semestre del año, la tasa más alta desde 2003, uno de los peores efectos del cóctel de ajuste económico y elevada inflación que ha caracterizado el primer medio año del Gobierno de Javier Milei, que considera una “herencia” la dramática situación social.

La tasa que mide el sector de la población que no alcanza a cubrir sus necesidades básicas de alimentos y servicios creció 11.2 puntos porcentuales con respecto al segundo semestre de 2023 y saltó 12.8 puntos con respecto a la primera mitad del año pasado, según un informe difundido este jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

La tasa de pobreza del 52.9 por ciento registrada en el primer semestre es la más alta desde el primer semestre de 2003, cuando el índice fue del 54 por ciento bajo una serie estadística anterior a la actual.

La tasa de indigencia se ubicó en la primera mitad del año en el 18.1 por ciento, 6.2 puntos por encima del semestre anterior y con un ascenso de 8.8 puntos en la comparación interanual, constituyendo el valor más alto desde el segundo semestre de 2003.


La medición, cuyos resultados se difundieron este 26 de septiembre, tiene en cuenta el nivel de vida en los 31 centros urbanos más poblados del país, lo que abarca a 29.6 millones de personas, sobre una población total en Argentina de unas 47 millones de personas.

Si se extrapola la tasa de pobreza urbana a toda la población, en Argentina había en el primer semestre 24.8 millones de personas en situación de pobreza, 5,4 millones más que a finales de 2023, cuando Milei asumió la Presidencia del país. El número de indigentes creció en 3 millones en solo medio año.

Dado que el Indec mide la pobreza con base a la capacidad de acceso a la cesta básica, los indicadores sociales tienen una vinculación directa con la evolución de los ingresos de los hogares y del costo de alimentos y servicios.

En el primer semestre de 2024, el valor de la cesta básica de alimentos y servicios, que marca la línea de la pobreza, tuvo un incremento del 76.1 por ciento, mientras que el valor que marca la línea de la indigencia creció un 63.4 por ciento.


A la par del ajuste de Milei para intentar estabilizar los desequilibrios macroeconómicos de Argentina, la economía del país suramericano se contrajo en el primer semestre un 3.4 por ciento, mientras que el desempleo se ubicó en el segundo trimestre en el 7.6 por ciento, con un salto de 1.4 puntos en términos interanuales.

Los datos del mercado de trabajo muestran además destrucción de empleos formales, mayor informalidad laboral y más personas trabajando por cuenta propia.

En estos dos últimos grupos los ingresos son menores y pierden claramente la carrera contra la inflación, empujando a la pobreza a miles de personas, incluso a aquellos con un trabajo.

El Gobierno de Milei admitió que la tasa de pobreza refleja la “cruda realidad” que vive la sociedad argentina, pero la achaca a las anteriores administraciones y no a las políticas actuales.

”El Gobierno heredó una situación desastrosa. La inflación es más pobreza para los más pobres. La mejor manera de luchar contra la pobreza es, primero, luchar contra la inflación”, dijo este jueves, en rueda de prensa, el portavoz presidencial, Manuel Adorni.

Adorni aseguró que Milei, con sus políticas de disciplina fiscal y monetaria, logró evitar una hiperinflación que, de haberse dado, hubiera disparado la tasa de pobreza al 95 por ciento.

Quienes no entienden de argumentos macroeconómicos son los casi siete de cada diez niños menores de 14 años que hoy son pobres, ni los tres de cada diez que, en ese grupo de la población, ni siquiera cubren sus necesidades diarias de alimentación.

El segundo grupo de mayor vulnerabilidad es el de los jóvenes: el 60.7 por ciento de los argentinos entre 15 y 29 años es pobre y el 21,.2 por ciento es indigente.

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