El Ejército israelí lleva adelante este martes su incursión en zonas fronterizas del sur del Líbano con órdenes a la población para que se alejen del área, donde asegura que hay “intensos combates”, mientras la milicia chií Hezbolá respondió con el lanzamiento de los primeros ataques con cohetes contra territorio de Israel y el Gobierno libanés guarda silencio sobre el alcance de la invasión.
Con advertencias a la población y acusaciones a Hezbolá, el Ejército israelí comenzó en horas de la noche “incursiones terrestres limitadas, localizadas y selectivas, basadas en información precisa, contra objetivos e infraestructuras terroristas de Hezbolá en el sur del Líbano”, una operación que cuenta con cobertura aérea y de artillería.
“En el sur de Líbano se están produciendo intensos combates, en los que miembros de Hezbolá están explotando el entorno y la población civil como escudos humanos para lanzar ataques. Por su seguridad personal, le pedimos que no mueva vehículos del área norte al área sur del río Litani”, escribió en la red social X el portavoz en árabe del Ejército israelí, Avichay Adraee.
El Ejército israelí ha pedido evacuar las poblaciones de Yaroun, Ain Ebel, Maroun al Ras, Tairi, Hadatha Aita al Jabal (al Zat), Jamjima, Toulin, Deir Aames, Burj Qalawieh, Al Bayada, Zebqin Jabal al Batm y un largo etcétera en un rango de 60 kilómetros desde la división entre los dos países y siempre al norte del río Litani.
Hezbolá actúa contra ataques israelíes
Mientras esto sucede, Hezbolá reivindicó este martes sus primeros ataques tras la ofensiva. La formación libanesa informó en sendos comunicados de que ha lanzado un ataque de artillería y otro con cohetes contra grupos de soldados israelíes en la localidad de Metula, en las áreas fronterizas del norte de Israel y declarada la víspera como “zona militar cerrada”.
Ambas acciones fueron esta mañana en un lapso de menos de media hora y al menos los disparos de artillería habrían logrado “impactos directos” en sus objetivos, mientras se produjo el lanzamiento de cohetes de tipo ‘Fadi-4′ contra una base de la Inteligencia de Israel y contra una sede del Mosad a las afueras de Tel Aviv, en una acción que por primera vez incluye este tipo de proyectiles de largo alcance.
En medio de la incertidumbre sobre el alcance de la operación militar, el Ejército libanés negó hoy que se esté retirando de la zona fronteriza, pero afirmó que ha comenzado a trasladar a su personal de algunas torres de observación en las zonas fronterizas con Israel.
El Ejército afirmó que “las unidades militares desplegadas en el sur están reposicionando ciertos puestos avanzados de observación dentro sus áreas designadas de responsabilidad”.
“La comandancia continúa cooperando y coordinándose con la misión interina de la ONU en el Líbano (FINUL)”, dijo el Ejército en un comunicado.
Después de semanas de advertencias, Israel comenzó anoche una operación militar cerca de la frontera asegurando que el grupo chií planeaba un ataque similar al que lanzó Hamás el 7 de octubre del año pasado, que causó unos mil 200 muertos y 251 secuestrados, y dio comienzo a la ofensiva israelí en Gaza.
“Hezbolá ha convertido los pueblos libaneses cercanos a comunidades israelíes en bases militares, preparadas para un ataque contra Israel”, dijo en un mensaje en vídeo el principal portavoz castrense, el contralmirante Daniel Hagari.
La acción se produjo además después de que el Ejército israelí bombardeara los suburbios de Beirut, asegurando que atacó plantas de fabricación de armas y otra infraestructura de Hezbolá.
La ONU y la comunidad internacional reaccionan
Mientras la operación avanza, la misión de la ONU en el Líbano manifestó este martes su confianza en que todavía queda “una pequeña oportunidad para que la diplomacia tenga éxito” al advertir que “este ciclo de violencia no terminará bien para nadie”.
“La pregunta ahora es si se aprovechará o se desperdiciará”, dijo en un comunicado la coordinadora especial de la ONU para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, en referencia a los esfuerzos diplomáticos destinados a detener una invasión de Israel del sur del Líbano y la violencia desatada entre el Estado judío y el grupo chií Hezbolá.
El Gobierno ruso también reaccionó condenando lo que considera expansión de la “geografía” de las acciones militares en Oriente Medio y advirtió de que estas conducirán a la desestabilización de toda la región en alusión a las acciones en el Líbano y los ataques aéreas contra Damasco.
“Todos podemos observar que la geografía de las acciones militares se está expandiendo. Todo esto conduce a una mayor desestabilización de la región y a una escalada de la tensión”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.
Igualmente enfático, el Ministerio de Exteriores turco tildó la ofensiva israelí de “intento ilegal de ocupación”.
“El inicio de un ataque terrestre de Israel en Líbano, que viola la soberanía e integridad territorial de este país, es un intento de ocupación ilegal. Debe terminar cuanto antes y los soldados israelíes se deben retirar de Líbano”, señala el citado ministerio en un comunicado.
En un tono más laxo se manifestó el primer ministro catarí, Mohamed bin Abdulrahman al Thani, quien llamó al comandante del Ejército libanés, Joseph Aoun, para discutir cómo mejorar y apoyar más a la institución castrense, en medio de la invasión y escalada.
Igualmente, Emiratos Árabes Unidos (EAU) expresó este martes su “gran preocupación” por la situación en el Líbano y anunció una “ayuda urgente” valorada en 100 millones dólares al Gobierno del país mediterráneo.
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores emiratí avisó contra las “repercusiones de esos acontecimientos peligrosos sobre la estabilidad de la región” de Oriente Medio, sin mencionar el nombre de Israel o del grupo chií libanés de Hezbolá.