El mexicano y ex secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), Genaro García Luna, conocerá este miércoles 16 de octubre, en cuestión de horas, si la Corte federal de Nueva York que lo juzgó por narcotráfico lo considera culpable de conspiración para la distribución, posesión e importación de cocaína; delincuencia organizada y dar declaraciones falsas sobre no haber cometido ningún delito, o si, por el contrario acepta que García Luna fue víctima de un ‘complot’ orquestado por el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, como lo mencionó en una carta escrita desde el Centro Metropolitano de Detención de Brooklyn.
La Corte fijó para este 16 de octubre la lectura completa de la sentencia, concretamente a las 16:30 horas (GMT-4), para el reo número 59745-177.
El caso de Genaro García Luna ha sido uno de los juicios más mediáticos en los últimos cinco años. El procesado, de 56 años, fue detenido el 10 de diciembre de 2019 en Dallas, Texas (Estados Unidos). Su arresto por demás inesperado, ocurrió en un país que lo consideró un aliado en la guerra contra el narcotráfico.
Antes de ser trasladado a Nueva York, el zar antidrogas fue recluido en una cárcel de Texas, en un lugar reservado para los reos más peligrosos e indisciplinados. El 2 de enero de 2020, tras las fiestas decembrinas, García Luna fue llevado al Centro Metropolitano de Brooklyn, donde meses antes se encontraba Joaquín El Chapo Guzmán, sentenciado a cadena perpetua.
La vida en el Centro Metropolitano de Detención de Brooklyn
El Centro Metropolitano de Detención de Brooklyn es un complejo de nueve plantas, conocido por sus restrictivas medidas de seguridad y está preparado para acoger a los presos más peligrosos o bajo riesgo de fuga. García Luna estuvo ahí durante un periodo de 58 meses, en los que aseguró estar bajo condiciones infrahumanas.
García Luna, que alardeaba de su poder y relación con Estados Unidos, fue asignado como asistente de limpieza, entre sus responsabilidades se encontraba asear ventanas, baños del personal y las oficinas de los trabajadores de la unidad. Nunca tuvo una queja o infracción.
Su paso por la cárcel más famosa de Nueva York fue ‘estelar’. Ahí García Luna se ganó el respeto de los presos y algunos adjetivos como: ‘preso modelo, humilde y responsable’. Pero aquella percepción de los reos no ayudaría a García Luna en la Corte, donde el 17 de enero de 2023 empezaría el juicio más explosivo contra un funcionario mexicano.
El juicio contra Genaro García Luna
Sergio Villarreal Barragán, El Grande, fue el primer testigo en el juicio contra Genaro García Luna. El antiguo colaborador de los cárteles de Sinaloa y Juárez señaló que los vínculos del ex policía y el narco se remontaban a más de 20 años, cuando García Luna fue director de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI).
Durante el juicio, se destapó el tamaño de la fortuna ilícita del ex titular de Seguridad, así como el imperio criminal que construyó de los nexos con los cárteles.
El veredicto del jurado fue de culpabilidad, por lo que el 21 de febrero de 2023, García Luna fue declarado responsable de cinco delitos de narcotráfico y delincuencia organizada.
El 25 de septiembre de este año, el zar antidrogas hizo una petición de clemencia a Estados Unidos. Sus abogados solicitaron una condena de 20 años, una pena que el defensor César de Castro consideró justa y equivalente a la carrera de funcionario de García Luna, tiempo que las autoridades de Estados Unidos lo señalan de colaborar con el Cártel de Sinaloa.
La última petición de García Luna
Por primera vez y con un veredicto en mano, Genaro García Luna rompió el silencio el pasado 17 de septiembre, a través de una carta en la que aseguró era inocente de cualquier delito que se le imputara. El exsecretario de Seguridad de Felipe Calderón señaló que fue condenado a partir de evidencias falsas, proporcionadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).
En la misiva compartida por el periodista Keegan Hamilton, García Luna afirmó que la detención del ‘Mayo’ Zambada es la última prueba de que el expresidente de México tiene nexos con el narco.